Opinión

A rajatabla: El PLD de Juan Bosch

A rajatabla: El PLD de Juan Bosch

Orión Mejía

Juan Bosch concibió al Partido de la Liberación Dominicana (PLD) como una organización de gente “valiente, consciente y disciplinada”, que para completar la obra inconclusa de Juan Pablo Duarte, luche todos los días “hasta que no quede fuerza para seguir de pie”.

Hace 43 años que el PLD se fundó legalmente, en un congreso que llevó el nombre del fundador de la República, en el que estuve presente, como entusiasta mozalbete, después de renunciar del Comité de base número 9, de la “zona P”, del PRD. Antes milité en la “Zona A, del barrio San Carlos.

Desde su fundación, el PLD fue un ejemplo de una disciplina que, como manantial de agua cristalina, brotaba de la educación y de la conciencia política, a pesar de que su membresía provenía mayoritariamente de la pequeña burguesía.

La condición más importante de un peledeísta era la de miembro, que se alcanzaba después de permanecer durante muchos meses en un “Círculo de Estudios”, donde se discutían 21 folletos sobre política, economía, historia, sociología, política internacional, entre otros temas.

Se requería que los miembros de esos círculos “unificaran criterios” en torno a cada tema, sin dogmatismo y con alto sentido de criticidad y comprensión, porque el propósito era el de formar en términos de educación política a “oficiales”, en capacidad de dirigir al “ejército”, que era el pueblo.

Para pode acceder a los Círculos de Estudios se requería previamente formar parte de los “Comités Patrióticos y Populares”, integrado a su vez por lectores del periódico “Vanguardia del Pueblo”, que mostraban interés en el Partido.

Después de La Trinitaria”, fundada por Duarte, en 1838, el PLD ha sido la institución política mejor organizada y de más elevados propósitos no solo aquí, sino en toda América Latina, pues el partido morado se instituyó libre de ataduras ideológicas, con el propósito de completar la empresa duartiana, que hace 43 años equivalía a un partido de liberación.

Juan Bosch se declaró marxista, pero no leninista, por la simple razón de que el marxismo representaba el método científico para analizar la sociedad a partir del principio de que los acontecimientos históricos, políticos y económicos se originan en la dinámica de la lucha de clases.

Es verdad que no es posible abrevar dos veces en las aguas de un mismo río, pero los peledeístas deberían defender la esencia de esa organización creada por el prócer de la República para liberar al pueblo dominicano de la miseria, la opresión y de la ignorancia.