Opinión

Aclaración al Congreso

Aclaración  al Congreso

Susi Pola

No son dos las leyes que esperamos las mujeres, no. El Proyecto de Modificación del Código Penal, actualmente en la Comisión de Justicia de la Cámara de Diputados y Diputadas, y la recién aprobada por el Senado, Ley Orgánica para la Prevención, Atención, Sanción y Erradicación de la Violencia Contra las Mujeres, son dos de las tres legislaciones pendientes para las dominicanas.

La tercera, es el Proyecto de Ley de Salud Sexual y Salud Reproductiva, presentado por los diputados Cristian Paredes y Hugo Núñez, a finales de 2012, discutida y apoyada por una buena parte de la sociedad civil organizada y otras instituciones, y aparentemente “escondida” en la Comisión de Salud, de la Cámara de Diputados y Diputadas que, sin embargo, durante 4 años, apoyó la pieza en cada una de las muchas reuniones sostenidas con diferentes organizaciones, considerando la necesidad de promulgar una pieza legislativa tal, por la importancia que tiene para las mujeres de este país y al desarrollo de sus derechos sexuales y derechos reproductivos, actualmente vulnerados en detrimento de su propia vida.

El disfrute de la sexualidad y la reproducción, así como la libertad de tomar decisiones responsables y sin interferencias, está asociado a los Derechos Sexuales y Derechos Reproductivos (DSyDR), una tarea pendiente del Estado Dominicano, a través de sus subsistemas de Salud y de justicia, no termina de cumplir.

Son muchos los mitos y prejuicios que limitan el acceso a la información, a la educación y a servicios en materia de SSySR, un reto asumido por los legisladores que prepararon y presentaron esta ley, entendiendo que el disfrute de la salud sexual y la salud reproductiva, forma parte de los derechos humanos en sentido general, por lo que el Estado debe de garantizar su ejercicio, de acuerdo a las convenciones internacionales de derechos humanos y a la Constitución.
Como bien explicó el Dr. Cristian Paredes en su momento, la falta de garantías de los derechos sexuales y derechos reproductivos impacta negativamente en la salud y el desarrollo humano, contribuyendo a los altos índices de violencia, VIH y SIDA, así como a la elevada ocurrencia de embarazos en adolescentes y mortalidad materna, entre otras situaciones que afectan a los sectores de la población en condiciones de mayor vulnerabilidad.

Las dominicanas, del Congreso que termina en agosto, esperamos que sin las presiones tradicionales de los poderes de facto, nuestros legisladores y legisladoras, así como lo han hecho Cristian Paredes y Hugo Núñez, consideren su deber primario de favorecer a la mitad de este país, las mujeres, promulgando la Ley de Salud Sexual y Salud Reproductiva.

El Nacional

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