Opinión

Adriano Espaillat

Adriano Espaillat

El pasado martes 3 de enero tuve el privilegio de asistir a la juramentación histórica de Adriano Espaillat como representante ante la Cámara de Representates de Estados Unidos, en una ceremonia celebrada en uno de los auditorios del Centro de Visitantes en el Capitolio, en Washington, D.C. Más de quinientos dominicanos procedentes de New York, autoridades oficiales y representantes de la comunidad dominicana estuvieron presentes. Escuchar a Sergio Vargas cantando el himno nacional fue un momento muy emotivo.

Por primera vez, los dominicanos tendremos una voz en el Congreso americano, motivo para sentirnos orgullosos. No fue un camino fácil lograrlo. Adriano Espaillat tiene una vasta carrera política en el Estado de New York, en el que pudo ocupar la posición de senador estatal, y durante varios procesos intentó ser candidato a representante por el Partido Demócrata. La tercera vez fue la vencida, y hoy Espaillat es el representante de Harlem en el Congreso.

Su carrera política es el ejemplo vivo de perseverancia y la determinación que representa el ejercicio político. Llegó a Estados Unidos a la edad de 9 años e indocumentado, y poco a poco, se fue insertando en la vida cotidiana, y hoy es símbolo del llamado “sueño americano”. Su circunscripción electoral es también ejemplo de la diversidad demográfica que ha experimentado New York, teniendo en su distrito 31, a representantes de la comunidad latina, afroamericana, árabe y judía.

Espaillat fue juramentado junto a los demás representantes que integran el 115 Congreso de Estados Unidos, en un momento político único que vive este gran país, al igual que el resto del mundo, con una sociedad muy fragmentada y dividida.

La particularidad de que tanto la Casa Blanca como el Congreso estarán controlados por el Partido Republicano hace más interesante tener una voz como Espaillat en el Capitolio. Tal como él ha dicho, hará oposición firme y responsable.

Muy pocos lo saben, pero nuestros padres estudiaron juntos en la escuela en Santiago en 1937, y hay una foto en la que ambos están juntos. He tenido la oportunidad de renovar esta amistad, haciendo campaña con Espaillat en los últimos años. Como dominicano, me siento orgulloso de que hoy tengamos su voz en el Congreso americano. Es una puerta abierta que tenemos todos los dominicanos. Quizás nunca antes fue tan importante como hoy.

El Nacional

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