Opinión

Al día

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Dominicana, vive en Miami y le interesa la historia. La remota y, parte de la que ha vivido, la reciente,.

 Encuentra en un libro publicado hace algunos años una Carta Pastoral de la Iglesia Católica que no es la tan conocida de 1960.

 Esta nota refiere a un artículo largo, acerca del tema, en su “blog”.

 Lo que resume puede caber en dos columnas.

“Llamado a reflexión sobre las Cartas Pastorales de 1844 y 1961

“Cuando se trata de la Iglesia nuestros historiadores guardan silencio.

Me gustaría estar equivocada. Quizás alguno de ustedes me pueda iluminar. Ya sé que algunos medios prefieren no tratar este tema y mantenerse del lado de amigos poderosos; es más rentable que la objetividad.

“Desconocía el libro de Juan Maríñez que trata sobre la Carta Pastoral de 1844 para respaldar a Pedro Santana en contra de Duarte. Tampoco sabía que Duarte y muchos de los libertadores fueron excomulgados. La segunda edición del libro está en imprenta y recoge el debate. No soy historiadora y la mayoría de mis estudios en sociología los realicé fuera del país. Si existen evidencias contrarias me gustaría me las señalaran, con sus fuentes.

“Les envío el artículo que escribí sobre las dos pastorales, la de 1844 y la de 1961. Sobre la última nadie me la cuenta, pues conocí a Panal; y a O’Reilly y viví esa historia. También viví el rechazo que tuvimos de parte de miembros de la Iglesia cuando intenté comunicarme con el Nuncio para realizar una manifestación frente a la nunciatura después que los dirigentes del Movimiento 14 de Junio fueron encarcelados. Este plan existía, pero se quería contar con la solidaridad del nuncio para que abriera las puertas y no permitiera que la gente fuera ametrallada. Este nuncio fue enviado por Juan XXIII, y fue quién hizo presión para que la Jerarquía escribiera la Pastoral.

Nuestros obispos estaban muy ocupados legitimando el régimen”.

(En la columna siguiente, el resto del resumen de la señora Tejada Yangüela).

El Nacional

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