Benito y Elvin
Fui fiel a la promesa hecha aquí hace 21 días. Asistí a la misa que en la Parroquia “San Juan Bautista” del barrio “Las Antillas” de Santiago, impartió el padre Benito Cruz. La Iglesia es acogedora sin muchos ornamentos y posee una feligresía militante y entiende que el Padre Cruz es su pastor, su guía y mentor.
Prometí acudir a su iglesia en solidaridad con lo que entendí fue un agravio de parte del Presidente Medina, porque el Padre “… cometió la osadía de recordarle al presidente que en su comunidad había otras necesidades que atender aparte de la Educación, por lo que recibió un boche, pero que al final solo sirvió para darle la razón al cura”.
En nuestro artículo del pasado 27 de Julio cité a los sacerdotes que han sido parte de mi desarrollo como persona: “Esa misma iglesia es la que ha pregonado a los cuatro vientos los sacerdotes que han sido mis guías espirituales en los últimos 30 años: Francisco Batista (Pancho), Rogelio y Regino Martínez”.
Pienso que los que creen en la iglesia y entienden que el sacerdote es ese enlace con Dios, y que representa su fe, deben sentirse a gusto con el padre Benito, pero deben estar muy conscientes de que no es una suerte de milagro o formación santa infalible que ofrecen los seminarios que ordenan sacerdotes para que entiendan su rol como guías, como pastores, y que algunos van tras este trabajo para esconder alteraciones en su personalidad y valerse del poder que se le confiere para realizar maldades y atrocidades como el de Hainamosa, un pervertido homosexual y violador de niños que terminó matando a su amante.
Volveré a la Iglesia del Padre Benito en Santiago y seguiré acompañando a mi pareja a las misas de domingo, porque lo que cuenta no es quien da el mensaje, sino éste que siempre será “algo más que salud”.
