Opinión

Algo más que salud

Algo más que salud

Prevención, el norte
La pasión con que abordé, en la pasada entrega, el acontecimiento del 1er. Aniversario del Centro Cardio-Neuro-Oftalmológico y Trasplantes (CECANOT) me absorbió todo el espacio y no pude comentarles el por qué en Semana Santa hubo el doble de muertes que el año pasado.

Siempre he creído que los organismos de socorro que montan los operativos de prevención de accidentes en la Semana Mayor, así como en fechas de mucha movilización de personas como el “Día de la Altagracia”, el “Día de las Madres”, “Día de las Mercedes”, Navidades, entre otros, lo hacen con las mejores intenciones, ajenos al clientelismo y con el inefable norte de la prevención, pero que sus planes son puestos a fracasar por ese caos que hoy ocupa una clase política irresponsable y que otorga patente de corso a todo aquél que, apadrinado por un poco de poder político, se siente en el derecho de violar la ley, de ir, en el caso que nos ocupa, contra las disposiciones del Comité Nacional de Emergencia.

De nada vale que se establezca, sabiamente, que los vehículos pesados no pueden circular en esa fechas, Si a algún desaprensivo le dala gana de hacerlo amparado en la tarjeta de un funcionario palaciego o de uno de esos coroneles que,  en lugar de “casarse con la historia” se han matrimoniado con la corrupción, el narcotráfico y el manejo despótico del poder.

Al mismo saco caían aquellas disposiciones de impedir que se montaren más de dos personas en un motor, que, por lo menos los conductores de éstos anduvieren con su casco protector puesto, y aquella belleza de que los camiones pequeños y camionetas no podían circular con personas en la parte trasera. Esto fue irrespetado con todo desparpajo.

Pienso, de todos modos,  que la génesis de tantos accidentes no arranca  con la Semana Mayor, que hay que buscarlas en la permisividad de permitir circular  vehículos sin las mínimas condiciones de seguridad, amparados en una “Revista” que es un primor de corrupción, que se puede conseguir en la calle a precio de regalo, y   permite que anden en  calles y carreteras  vehículos que ni  para Metaldom calificarían, y si así lucen su aspecto exterior, ni hablar de gomas,  sistema de frenos,   alineación y balanceo y los inseguros sistemas de gas que les son instalados.

Por otro lado, la campaña de promoción de la salud, que es lo que se debe hacer en la prevención de accidentes. Debe iniciar dos semanas antes de cada feriado de “Pascua”, y que las instancias que integran el COE se dispongan a revisar, de manera obligatoria pero gratuita, todos los vehículos de motor, incautando aquéllos que no se encuentren en condiciones aptas. Como medida de atracción para esas personas, se puede ofertar la reparación de aquellos vehículos tan sólo al costo. Lo increíble de  esto es que para logarlo sólo hay que guiarse por el respeto a la ley.

Como notas inusuales, en este saldo tétrico de “Semana Santa 2009” estuvieron el ahogamiento de muchos niños y  decenas de éstos intoxicados con alcohol. Esto mueve a  reflexión sobre la necesidad de rescatar el símbolo de la unidad familiar, que era tema obligado para estas fechas en mis tiempos de muchacho. Si se pudiera dar seguimiento a cada uno de estos casos, de seguro  encontraremos que pertenecen a hogares divididos, donde no se aplican las reglas de protección y amparo, que no se están vigilantes  de su cuidado para saber en todo momento dónde están, que hacen, con quiénes se juntan y prevenirles de los peligros que puedan acecharles. Para este aspecto también existen medidas de prevención. Todos las conocemos. Sólo falta que las apliquemos, mucho antes de la celebración de la Cruxifixión del Cristo.

Concluyo, a propósito de prevención con tres comentarios. La frase genial del Secretario de Salud, en el acto del CECANOT, de que a pesar del éxito de este centro de tercer nivel, por lo que hay que luchar es por evitar que las personas lleguen a desarrollar patologías complicadas y que esto se logra si se llevasen a cabo las adecuadas medidas de promoción y prevención en salud, la segunda fue el reconocimiento merecido al doctor Rafael Eduardo Valdez, que en sus 51 años dedicados a la Oftalmología, siempre privilegió la prevención de todas y cada una de las lesiones oftalmológicas, las que posteriormente se ha visto obligado a corregir, y por último el doble rasero de la moral que rodea el tema del aborto. De estos tres asuntos estoy obligado a volver, pero será con este último que habré de iniciar en solidaridad con la actitud digna, honorable y decorosa que han sostenido los diputados Víctor Terrero y Elso Martínez, los que hacen sentir orgulloso de compartir su amistad al que escribe “algo más que salud”.

El Nacional

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