Opinión

Alianza PLD-PRD

Alianza PLD-PRD

El tema de la alianza política que concertaron el PLD y el PRD ha sido recurrente en los últimos días. Las reacciones que se han manifestado sobre ella pueden ser valoradas como torpes, propiciando con tal actitud, que resulte difícil explicar otros acuerdos que no solo podrían concretizarse de cara a las próximas elecciones, sino que sería correcto hacerlo. Los pactos forman parte de la naturaleza de la política y no se puede confundir eso con las motivaciones que en este país tienen los mismos. Eso es otra cosa.
Es un hecho incontrovertible que dicha alianza tiene carácter atípico. Lo normal sería que el PRD estuviese operando sobre la lógica de conquistar el poder mayor y no implorando migajas como hace de forma lastimosa.

Ese ideal, empero, contraviene la realidad conformada por circunstancias que se imponen a ambas organizaciones y que explican el paso dado. No verlo así es no comprender el fenómeno y exponerse a juicios que, como los externados, no contribuyen a desvanecer efectos políticos que esto implicaría en términos electorales, sino lo contrario.

Se trata de una alianza lógica sobre la base de las razones que la propiciaron, pero en esas razones radican sus debilidades y por ellas debe abordarse su denostación para obtener rédito político. Hablar de alianza perversa y referirse a sus protagonistas como representantes del infierno, es una tontería que lo único que implica es pérdida de posibilidades.

El presidente, desdeñando garantías ofrecidas de que solo le interesaba gobernar 4 años, decidió repostularse. Para eso, necesitaba modificar la constitución. Desprovisto de mayoría congresual y con Leonel Fernández negado a aportar votos que controlaba, que incluso eran insuficientes para reunir números requeridos, encontró en legisladores perredeistas el camino que conducía donde estaba la llave que abría el portón de su posible continuidad. Al tiempo, acorralaba su adversario interno, a quien no le quedó otra opción que ofrecer lo que sin dudas ha sido el espaldarazo más amargo de su dilatada carrera.

Miguel Vargas, con su peculiar sistema de eludir fines esenciales de la política, prefiriendo apurar las mieles que ella puede ofrecer, condujo al PRD a un punto que, arriesgarse a una participación independiente, significaría un bochorno histórico. La alianza evita su hecatombe y viabiliza la posibilidad de realizar fabulosas operaciones no políticas, pero solo obtenidas por su mediación. Las causas que condujeron a esa alianza constituyen su flanco vulnerable. Por ahí hay que enfrentarla.

El Nacional

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