Opinión

¡Anjá…Unjú!

¡Anjá…Unjú!

Como cada cuatro años, nueva vez estamos bajo la arremetida de promesas de los políticos; un acto de equilibrio entre aquellos que quiere entrar y otros que no quieren salir. Desde 1970, he votado en casi todas las elecciones, sin embargo los resultados siempre terminan siendo los mismos. En esta ocasión votaré por el candidato que menos prometa, así la decepción será menor.

Es tal el descrédito de los aspirantes, que existe la percepción de que nadie puede adoptar la política como profesión y seguir siendo honrado. Hoy, hasta las putas insisten en que los políticos no son sus hijos. Desafortunadamente, el mayor castigo para quienes no nos interesamos por la política es que seremos gobernados por personas que sí se interesan.

Los medios de comunicación llegan abarrotados de propaganda política al que se suma un vendaval de encuestas en los periódicos; todas con resultados muy disímiles. Quizás es propicio recordarles a Mario Benedetti cuando nos dijo que las elecciones no se ganan con los que leen los periódicos, sino con los que se limpian con ellos.

Como iluso al fin, votaré de nuevo, esta vez por el partido que va a implementar estos “10 pequeños cambios”: 1) Eliminar las Fuerzas Armadas y reformar la policía; 2) Quitar los subsidios y crear un verdadero transporte colectivo; 3) Eliminar las Altas Cortes, (meter preso a los corruptos); 4) Obligar a todos a pagar la luz; 5) Introducir la educación sexual, matrimonio igualitario y el aborto terapéutico.

Otros cambios son: 6) Reducir del Congreso a una sola Cámara Legislativa y con menos provincias. 7) Abolir el Concordato; 8) Aumentar los impuestos a las bebidas alcohólicas y juegos de azar; 9) Importar profesores de inglés y matemáticas; y 10) Respetar el derecho a la nacionalidad de todos los nacidos en el país antes del 2010.

En eso me despierto escuchando el merengue “Yo no sé por qué la gente se larga tanto de aquí, si aquí es el único sitio donde la gente no es boba, en donde el hombre tiene principios y el político no roba. -Anjá…unjú-, anjá…unjú”.

El Nacional

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