Opinión

Aprendiendo de Venezuela

Aprendiendo de Venezuela

Ahora que el experimento venezolano del “Socialismo del Siglo XXI” parece, finalmente, estar llegando a su ineludible final gracias a las ineptitudes de sus propias políticas, la República Dominicana puede sentarse con papel y lápiz a tomar nota de las cosas que no se deben hacer cuando se gobierna un país. Si algo positivo se puede sacar de la tragicomedia venezolana dirigida por el fallecido Hugo Chávez, son sin dudas las lecciones que hoy nos dejan, las cuales espero perduren en la memoria colectiva para evitar embarcarnos por similar despeñadero.

La nacionalización y expropiación de la producción genera más problemas que beneficios. Desde que las grandes petroleras multinacionales y toda la producción de petróleo en Venezuela fueron nacionalizados bajo el pretexto de “distribuir las ganancias al pueblo”, la producción total de petróleo en ese país se desplomó de los 3.5 millones de barriles diarios al momento de la llegada del “Comandante” a apenas 2.4 millones el mes pasado. De forma similar sucumbió la capacidad de refinación, y la mayor parte de la infraestructura está hoy hecha pedazos. Venezuela hoy padece una fuga de cerebros con centenares de venezolanos huyendo a trabajar en la producción de petróleo en países como Canadá, Estados Unidos, Colombia y Ecuador, por falta de oportunidades en su propio país.

Los controles de precio no son una solución para detener la inflación. El gasto desbordado del gobierno y la ola de expropiación iniciada por Chávez que provocó una fuga de capitales, generaron presiones fuertes sobre el Bolívar lo que llevó al susodicho a tratar de establecer controles sobre el precio de su moneda. Desde entonces, el Socialismo del Siglo XXI hizo del control de precios un deporte al aplicarlo a un sinnúmero de bienes sin poder reducir la inflación (hoy la más alta del mundo) y provocando una escasez generalizada de productos básicos.

Por más que se traten de maquillar los números, la realidad ineludiblemente se va a ver reflejada en las calles. Desde que el comandante Chávez decidió que los estándares internacionales para el cálculo de la medición de ciertos indicadores sociales (pobreza, educación, desempleo, etc.) eran demasiados “imperialistas” para su gusto, y los ajustó para reflejar adecuadamente los “valores socialistas”, Venezuela implantó un record en reducción de pobreza y bajó el desempleo a los puntos más bajos de la historia de esa nación. Paradójicamente, la nación bolivariana también se convirtió en el primer caso en la historia de la civilización humana donde una reducción significativa del desempleo y la pobreza junto a una mejora sustancial en la educación y la salud, trajeron como consecuencia un aumento desbordado de la delincuencia. Hoy Venezuela goza de la cuestionable distinción de tener un índice de homicidios mayor al de Irak y Siria, lo que contrasta severamente con las matemáticas socialistas aplicadas en los otros indicadores.

Estas son apenas 3 lecciones de las tantas que nos ha enseñado el Socialismo del Siglo XXI de como no gobernar un país, pero hay muchas otras más. Hoy, los mercados de seguros frente a incumplimiento de pagos sitúan la posibilidad de que Venezuela no pueda cumplir sus compromisos internacionales en un 93%, por lo que las cosas se van a poner mucho peor antes de que puedan empezar a mejorar. Ojalá y los venezolanos puedan enderezar el barco aprendiendo de estas lecciones.

El Nacional

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