Opinión

Argentina y los fondos buitres

Argentina y los fondos buitres

La saga de Argentina y su lucha contra los llamados “hold-outs” de sus bonos soberanos, ahora se ha extendido a la ONU, con la intervención de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner. Para los que no recuerdan, Argentina dejó de pagar su deuda soberana luego de la crisis del 2001, y desde entonces ha realizado varias renegociaciones con los tenedores de esa deuda buscando que estos acepten pérdidas a cambio de recibir algo del pago de la misma. Algunos tenedores, sin embargo, se han rehusado a participar de estas renegociaciones y han estado peleando en los tribunales su derecho a cobrar la deuda tal y como fue pactada. Este caso es interesante no solo para la Argentina, sino para un mundo donde cada vez más la deuda soberana de cada uno de los países va incrementándose.

El caso argentino con lo que sus líderes llaman “fondos buitres”, presenta la complejidad del problema de las cesaciones de pagos soberanas y el repago a los acreedores. Contrario al sector privado y empresarial, donde en la mayoría de los países (curiosamente no en República Dominicana) hay leyes de restructuración, los países no son sometidos a ese tipo de normas, y por tanto los acreedores enfrentan un poder claramente mayor para ejecutar sus garantías.

Estados Unidos, la Unión Europea y el FMI han mostrado interés en el tema de Argentina y su disputa con los “hold-outs”, curiosamente a favor de la postura del Gobierno de Argentina. Si los “hold-outs” llegan a hacer prevalecer las condiciones de los bonos originales, es posible que en otras restructuraciones soberanas como la de Grecia, estos pongan más resistencia a renegociar las condiciones de la deuda. En el caso de Grecia, ya estos han tenido que aceptar pérdidas sustanciales. Esto podría encarecer futuros rescates de países en peligro, como es el caso de algunos países en la zona Euro.

Ya los “hold-outs” han obtenido varias victorias en los tribunales reconociéndoles su derecho a cobrar la deuda en la forma pactada. Actualmente, la disputa se centra en la forma de ejecución de esa deuda, dada la resistencia de Argentina a pagar en condiciones igualitarias a los tenedores que sí pactaron la restructuración. En el ínterin ya el Gobierno de Argentina ha pasado momentos engorrosos con el embargo de una de sus fragatas militares.

Es bueno tomar nota del caso argentino y su deuda externa. La lección es simple: las deudas hay que pagarlas. Por eso, la política de endeudamiento de los países debe centrarse en ser responsable y capaz de generar inversiones y riquezas a lo interno que favorezcan a su desarrollo, de forma tal que se garantice el repago.

Queda de la República Dominicana aprender estas lecciones, para que algún día no nos veamos en el espejo de lo que hoy le ocurre a Argentina.

El Nacional

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