Delincuencia se engulle al país
Preocupante y escandaloso es el hecho de que un grupo de turistas que disfrutaban de un recorrido en el Chu chu Tren Colonial, hayan sido víctimas de un asalto a mano armada por un grupo de delincuentes que los despojaron de celulares, carteras, relojes, anillos y otras prendas preciosas.

De qué vale gastar miles de dólares en promoción turística cuando acontecen situaciones como esta, que ponen de relieve la impunidad con que actúa la delincuencia en el país en una zona turística, donde se concentran centenares de de agentes del Cuerpo de Seguridad Turística y Policías Municipales.

Conocemos del gran trabajo que desarrolla el coronel Sosa, con quien coincidimos frecuentemente en las calles de la zona colonial, pero al parecer no basta con la vigilancia de agentes y de cámaras de seguridad.

Los delincuentes cada vez son más osados y agresivos, y los asaltos se producen hasta en el mismo frente del cuartel de la policía turística de la calle El Conde.

Imagínense la frustración y el trauma, de gente que viene a disfrutar de las bondades y atractivos turísticos del país, y que de repente se encuentre en el difícil trance de entregar sus pertenencias bajo amenaza armada, sufriendo la impotencia y el desamparo que provoca la inseguridad que produce la delincuencia.

Con sobradas razones, un visitante víctima de una situación tan bochornosa difícilmente retorna o recomienda vacacionar en un país como el nuestro, donde no hay seguridad para nadie.

A quién acudir y a quien reclamar, con una policía indisciplinada cargada de delincuentes en sus propias filas y llena de agentes insatisfechos por los bajos salarios y la desprotección de la que también son víctimas.

El asunto no es solo para pensarlo, no una, dos ni tres veces.

Algo hay que hacer para parar o atenuar la creciente ola de delincuencia, que se está engullendo al país.