Un amigo diplomático de Suramérica me decía que los dominicanos y dominicanas somos fundamentalmente primarios. Partía, para su definición, de los siguientes ejemplos:
1-En todas partes del mundo, convertirse en presidente, o presidenta, de la nación es someterse al escrutinio y evaluación públicos. Cuestionar las acciones de tal o cual presidente, con respecto a la economía, por ejemplo, no es faltarle el respeto, es un derecho de cualquier ciudadano que pagó su salario.
2-Cuando a un expresidente se le cuestiona legalmente, su deber es acudir a los tribunales y defender su gestión. Que un procurador diga que no lo puede someter a la Justicia porque el expresidente es decente, amable y solidario, es inédito en la historia legislativa de la región. Si el procurador hubiese dicho: Voy a estudiar el expediente, y luego determinaré que hacer, él y el expresidente hubiesen preservado su integridad moral.
3-Es lógico que un expresidente defienda su gestión, pero de ahí a calificar los motivos de su cuestionamiento judicial como acciones mezquinas, envidiosas, etc. es una elementalidad incalificable en un persona de su proyectada profesionalidad y educación.
4-Aceptar manifestaciones de apoyo de distintos sectores es un gran error, porque en este país recuerda los mítines de lealtad a Trujillo cada vez que se sentía cuestionado dentro y fuera del país. Un profesional se defiende como profesional, no partiendo de las peores prácticas históricas de la nación.
5-Recurrir al ataque de la familia de quien cuestiona es incalificable. Todo el que conoce a la doctora Aura Celeste Fernández sabe que se ha ganado cada peso con una labor de décadas. No es una Matos Berrido, quien se autoasignó una pensión de RD$450,000.00 pesos mensuales después de un año frente al BNV, es una profesional ampliamente respetada por la población por su trabajo, y atacarla a traves de periodistas pagos (infelices tígueres barriales hoy devenidos en pequeños burgueses) refleja muy mal al expresidente.
6-Lo mismo se aplica al hijo de Guillermo Moreno. Profesional Summa Cum Laude y brillante funcionario. No me canso de repetir que el Estado no es de ningún gobierno, y que trabajar para el Estado es un derecho de cualquier profesional, sin que eso le comprometa con la política de turno. He sido embajadora bajo Leonel, Hipólito, Leonel, y no he ejercido mis funciones con otra lealtad que no sea a las Mujeres, Niños, Niñas, Adolescentes, Envejecientes y Discapacitados.
7-No sé quién asesora al expresidente Fernández. Como alguien que una vez admiró sus orígenes, sus estudios, su tesón, le aconsejo que no pierda lo que pudo construir, llevado por la paranoia de sus inseguros partidarios.
