El abandono de las poblaciones fronterizas por parte de los gobiernos que hemos tenido es una de las principales causas que incentiva los asentamientos haitianos en la zona, afirmó hoy el arquitecto Leopoldo Espaillat Nanita.
Dijo que el propio embajador haitiano en la Organización de Estados Americanos en un momento determinado reconoció que en la frontera había 81 puntos por donde sus compatriotas podrían entrar sin problemas a República Dominicana.
Sostuvo que las pocas posibilidades de supervivencia de los dominicanos en la línea divisoria provoca que emigren a otras ciudades y que estos espacios sean ocupados por los extranjeros.
Lamentó que el presidente Danilo Medina preste tan poca atención a los dominicanos que viven en la frontera y criticó que en la práctica la frontera no exista.
Espaillat Nanita dijo que los militares se hacen de la vista gorda permitiendo que los haitianos puedan entrar sin mayores inconvenientes al territorio dominicano.
Recordó que el propio Medina reconoció en la II Cumbre de la Comunidad de Estados de América Latina y el Caribe (Celac) celebrada en La Habana, Cuba, en el año 2014, que en República Dominicana había más de un millón de haitianos, la mayoría ilegales.
Señaló que el jefe de Estado admitió además que estos extranjeros transitaban libremente por las calles de República Dominicana sin que ningún policía, ni ningún inspector de Migración les detenga para preguntarles si tienen un pasaporte, si tienen una visa para residir en el país.
Espaillat Nanita denunció que el cien por ciento de la mano de obra en el sector de la construcción está en manos de los haitianos.
“Dónde está la gente de Migración, que no actúan frente a todos los haitianos ilegales, que andan sin papeles como admite el presidente de la República”, sostuvo.
Dijo que el presidente Medina informó que los haitianos en ese momento ocupan el 80 por ciento de los trabajos en el sector agropecuario y una cantidad similar en el sector de la construcción.
El Código de Trabajo establece que la composición en cualquier centro de trabajo entre nacionales y extranjeros no debe exceder de una composición 20-80, o sea 20 por ciento extranjero y 80 por ciento nacional. Sin embargo el Estado dominicano mira para otro lado cuando se trata de Haití.
