Opinión

¡Ay, mi país!

¡Ay, mi país!

La sociedad esta intranquila. La delincuencia se ha apoderado de ella. Llueven las drogas, asesinatos, robos, asaltos, fraudes. No hay paz. Los delincuentes están en sus aguas. Encuentran en el país el mejor escenario para sus acciones. Hay pocos controles institucionales y educativos. Los esfuerzos de religiosos y padres de familia son neutralizados. A mi juicio, hay dos tipos de delincuencia bombardeando la población: la institucionalizada y la improvisada.

La delincuencia institucionalizada, se desprende de la estructura gubernamental que   permite  corrupción,  robo y  muerte colectiva. Se ejecuta desde el  poder, al usar los recursos del pueblo en gastos superfluos  o para el bienestar de un grupo, mientras la población  muere de hambre.  Son los actos delictivos  más dañinos, ejecutados con inteligencia y elegancia, retuercen la realidad y le dan matiz legal y popular para confundir. 

El otro tipo de delincuencia es la improvisada. Esta es  vulgar, sin envoltura, coyuntural,  individual. En ella, los  asesinatos, robos y  atracos  son aislados. Los ejecutan individuos, sicarios o grupos organizados. A diferencia de la  institucionalizada que ataca la colectividad, esta busca una presa determinada.

Una persona muy querida viene a visitar el país. Me preocupa su estadía. Cree que exagero cuando le prevengo de los peligros,  que comienzan desde la llegada al aeropuerto. Alguien puede tomar nota de su  dirección, para esperarlo y atracarlo. Con frecuencia, en las inmediaciones del aeropuerto, despojan de sus pertenencias a los visitantes.

Cuidado con  el tránsito. Puede  que un policía  haya decidido tomar el control, dándoles paso a los de luz roja. Cuando te corresponda pasar, no entres seguido. Es frecuente que un motorista desesperado, un vendedor ambulante o un chofer temerario, te arrebate la preferencia, provocando accidentes y terminan culpándote, agrediéndote y encarcelándote.

No discutas. Cualquiera anda armado o bajo efecto de drogas. El calor, la falta de dinero, las injusticias,  tienen la población, aburría. Si va a una institución financiera, trata de que no se percaten  de la suma de dinero que retira. Te asaltan.

La Policía Nacional parece hacer lo que puede por controlar la delincuencia. Lamentablemente ha penetrado en su organización. Demasiadas tentaciones para personas con poca formación y sueldos bajos.

Me duele admitir que los orígenes de la delincuencia, están en el  modelo económico y social excluyente que tenemos. El gobierno esta más atento en proporcionarle bienestar, poder  y  riqueza a un grupito, que en satisfacer las necesidades básicas a la mayoría. Esa situación, explica no solo que seamos un “almacén de drogas” como dijo un jefe de la DEA sino también, una de las fábricas más eficientes en la producción de  delincuentes y corruptos, que tiene el mundo.

Indiscutiblemente que debemos cuidarnos  a nivel individual, sin dejar de trabajar por la paz social.

El Nacional

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