Opinión

Barrick, Falcondo…

Barrick, Falcondo…

Esta sociedad se apoderó de la idea de los peligros  que encierran la explotación del oro por Barrick Gold y las pretensiones de Falcondo-Xstrata Niquel de explotar Loma de Miranda. Estos temas no han sido cerrados, sino que se han creado situaciones sobre los cuales el presidente Medina astutamente ha maniobrado para quitarse presión; dejando pendientes graves y ominosas operaciones, sobre las cuales hay que volver en plan de combate.

 En cuanto a la mina Pueblo Viejo, es claro que solo asumiendo la nulidad de ese contrato, nacionalizando las instalaciones de Barrick y poniendo a nuestra sociedad  a decidir sobre el quehacer con ese territorio (suelo, subsuelo y sobresuelo), podría concluirse exitosamente esa lucha.

 En el caso de Miranda, se impone no descansar hasta lograr que sea declarada por ley Parque Nacional intocable.

Miranda y Pueblo Viejo son dos puntos claves entre un conjunto vital.

 Porque la clase dominante y gobernante dominicana, subordinada a la burguesía transnacional y a su impronta destructiva minera y energética, optó por concesionar, para exploraciones y explotaciones mineras y no mineras (a cargo del gran capital), casi todo el territorio nacional; mientras en Haití, ocupado militarmente por Estados Unidos, se hace lo mismo.

 Así, lumpen burguesía criolla, partidocracia corrompida y lumpen imperialismo, empleando a su favor un poder mediático y militar funcional a sus designios, despliegan  una expoliadora rapacidad sobre nuestros recursos naturales, que es preciso detener y revertir.

 A eso se suma la extorsión financiera. Y usura, saqueo de minerales y atracos, en nombre de las privatizaciones y del libre flujo de capitales, aquí tienen nombres de bancos, corporaciones, capos políticos y militares, empresas…

 Van de la mano de un endeudamiento externo oneroso, que asciende ya al 50% del PBI y consume al 40% del presupuesto nacional, entrelazándose con la voracidad de la Barrick Gold, Uni-Gold, Gold Corp, Dominican Gold, Falcondo-Xstrata Niquel e innumerables corporaciones destinadas a saquear cordilleras, la zona de influencia del Artibonite, Loma Mala, la Sierra de Siete Picos en Yamasá, Juan López, Los Haitises (cuidado Cisneros…), y a apropiarse de costas, presas, carreteras, autopistas y las fuentes de agua del país.

Sobresalen -además de los casos convertidos en temas nacionales- los peligros inminentes derivados de las concesiones a Uni Gold en Restauración, a Dominican Gold (próxima a San Juan y relacionada con la carretera Santiago-SJM) y  la correspondiente a los Siete Pico, donde nace el Ozama y otras fuentes de aguas vitales para la Capital y Monte Plata.

 Si no nos levantamos, nos destruyen.

El Nacional

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