NUEVA YORK. A.J. Pierzynski, de Atlanta, bateó sencillo y tenía pensado en irse a segunda base en la parte superior de la sexta. Bartolo Colón, usando principalmente las rectas debido a una ampolla, se concentró en el bateador Andrelton Simmons, quien ya había conectado dos hits. Pierzynski arrancó hacia segunda.
Colón, de 41 años, se salió de la caja y el receptor de los Bravos quedó atrapado entre primera y segunda. Colón corrió hacia él y lo tocó para el tercer out.
“Agradezco a Pierzynski por despegar y poner las cosas mucho más fáciles, así que no tuve que enfrentarme a uno de los tipos más difíciles en la alineación2, dijo Colón a través de un intérprete.
Al final resultó que, el día de Colón, que fue como un día histórico en la victoria 6-3 de los Metros, acabó en ese momento. El detuvo a los Bravos en siete hits y tres carreras limpias, con Atlanta anotando dos veces con la ayuda de una decisión horrible del segunda base Daniel Murphy, quien lanzó al plato en lugar de ir por una doble matanza.
No importa. Colón cortó el daño y se llevó el triunfo por cuarta vez en otras tantas aperturas en esta temporada, convirtiéndose en el cuarto lanzador en los últimos 80 años con edad de 40 ó más años en ganar sus primeras cuatro aperturas, según Elias Sports Bureau.
“Estoy realmente sorprendido por estar lanzando de la forma en que estoy lanzando a mi edad, pero lo más importante es el equipo. El equipo me está dando apoyo ofensivo. Están jugando como un equipo y dando todo lo que necesito”, dijo Colón.
En medio del frío y el viento, Colón de todas formas llevaba mangas.
“Yo lancé en Chicago y Cleveland y era más frío que esto, y no me afectó”, dijo.
Bueno, Colón afectó a los Bravos.
“Él tenía un pequeño problema de ampollas por lo que eso fue parte de la razón por un montón de bolas rápidas”, dijo el receptor Anthony Recker. “Él usó mucho las dos costuras. Se estaba moviendo una tonelada con ese viento soplando. Fue impresionante. Él logró un montón de ponches con eso, consiguió un montón de contactos débiles con eso”.
Colón no caminó a nadie y terminó con cinco ponches, a pesar de la ampolla el dedo medio.
