Opinión

Belén, una niña chilena

Belén, una niña chilena

Al igual que la R. Dominicana, Chile, forma parte del pequeño grupo de 5 países que penalizan absolutamente la interrupción del embarazo. La mayoría de las legislaciones del mundo, despenalizan por causales, siendo las más reconocidas, riesgo de vida de la embarazada, cuando el embarazo es fruto de crímenes de violación e de incesto y cuando el feto sufre alguna deformación incompatible con la vida. En Chile, no siempre fue así, hasta el año 1989 el aborto terapéutico era permitido y socialmente aceptado y fue la dictadura militar que estableció su penalización en toda circunstancia.

En estos últimos días, el caso de Belén, una niña de 11 años, en la ciudad de Puerto Montt, Chile, embarazada por las reiteradas violaciones por parte de su padrastro, causó conmoción y obligó a la reflexión colectiva, con pronunciamientos de políticos y políticas y también funcionarios y funcionarias. La menor tiene 14 semanas de gestación y los médicos afirman que la vida de la niña y la del feto afrontan un alto riesgo.

La candidata a la presidencia Michelle Bachelet, se pronunció públicamente diciendo: “Creo en los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres, en el sentido en que las mujeres pueden decidir si quieren tener hijos o no. Es un derecho básico y hay que despenalizar en Chile el aborto terapéutico y el aborto por violación”.

El caso de la niña de Puerto Montt, en Chile, se parece mucho al de la niña dominicana, de San Cristóbal, violada y embarazada por Leury José Martínez, esposo de su hermana mayor, quien la mantenía amenazada. La diferencia es que aquí lo supimos cuando la niña ya había dado a luz y estaba grave en cuidados intensivos, sobrepasando un parto que le dejó secuelas físicas y emocionales para siempre.

El caso de Belén, nos muestra la gravedad de la situación que, tanto aquí como allá, obliga a las mujeres y niñas, por encima de todo razonamiento, a inmolarse en nombre de la ley intervenida por el moralismo religioso y sostenida contra los derechos fundamentales de las personas. La penalización del aborto, en su absolutismo, mantiene los crímenes que embarazan en estos casos, y sentencia a muerte a quienes el embarazo pone en alto riesgo.

En nuestro país, la Cámara de Diputados/as acaba de sancionar la reforma al Código Penal, despenalizando el aborto cuando pone en peligro la vida de la embarazada y en estos momentos, el Senado tiene la oportunidad de agregar las dos causales que históricamente han sido reclamadas aquí, violación e incesto.

Como dice la campaña chilena por este caso: “Si Belén fuera tu hija, qué hicieras?

El Nacional

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