Opinión

Bob Dylan

Bob Dylan

Cuando me enfurecí porque los suecos le dieron un Premio Nobel de la Paz a Kissinger, en medio de los bombardeos a Vietnam, cuyo “crimen” había sido luchar por su independencia delos franceses, y derrotarlos, junto con el representante de Viet Nam, un amigo me recordó con cinismo que Alfred Nobel fue el inventor de la pólvora, no de las artes.

Entendí entonces el menosprecio de Borges por los Nobel, quien repitió una y otra vez que él era Borges, pero que nadie conocía al comité sueco que otorgaba los premios.

Sentí la misma frustración cuando los suecos le dieron el Nobel de la Paz a Santos y no incluyeron a Timoshenko, de las FARC, quien además pidió perdón, aunque ellos (y no el gobierno colombiano) han sido las principales víctimas del conflicto armado, que comenzó con el asesinato de Gaitán.

Uribe, el promotor del NO al tratado de paz, es de generales bien conocidas en nuestro país, donde cosecha grandes ganancias en el consejo de dirección de la Barrick Gold, a expensas del pueblo dominicano. El Nobel deja pues mucho que desear, pero este añose ha reivindicado con el premio a Bob Dylan, icono de mi generación, con unapésima voz (como Sabina), pero una lírica extraordinaria.

Eran los tiempos de Pete Seeger, Joan Báez, Paul ad Simon, Peter, Pau and Mary, cuando todos cantábamos su himno BLowing in the Wind, en las grandes manifestaciones contra la Guerra de Vietnam, creyendo que la respuesta, mis amigos, estaba soplando en el viento.

Dylan tiene fama de huraño, antipático, clase mediero y snob, contrario a los Beatles, grupo de jóvenes de la clase trabajadora de Liverpool, y Lennon con su Imagina, pero tenía una debilidad que le ha granjeado toda la admiración de una generación y muchos amigos: la poesía. Por eso adopto el nombre de Dylan, en tributo al gran poeta Dylan Thomas, e incorporo en sus textos la poesía de los poetas Beat, que ¡todavía! algunos jóvenes poetas dominicanos imitan.

Si de algo, o para algo, sirve este Premio, es para estimular a la juventud que canta y compone a leer poesía. Aquí, yaJosé Antonio lo ha hecho, con supasión por Serrat y por ende la poesía española; Juan Luis, con el “ friofrio” de los poemas de Lorca; lo intento Zacarías Ferreiras con los versos de Neruda, y lo habían hecho Rene del Risco y Luis Díaz con la liricapoetica de Dylan.

El Nobel esta vez se gana un reconocimiento global, al entender que los músicos llegan donde nunca se han asomado los literatos y, con raras excepciones, los poetas: elexpectante corazón de las multitudes.

 

Por: Chiqui Vicioso luisavicioso21@gmail.com

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