No sé de dónde es oriundo parece cibaeño- ni cómo fue a parar a San Cristóbal. Pero por mucho tiempo, desde finales de la década del 50, lo he visto cumpliendo distintos papeles tanto en esa comunidad como en Santo Domingo.

Lo vi por primera vez en las postrimerías del régimen de Rafael L. Trujillo como obrero de la armería de San Cristóbal, la más importante industria y fuente de empleo que ha tenido ese poblado en toda su historia y como miembro del equipo de béisbol amateur de la misma empresa.. Lo percibí, de lejos, sacando armas del recinto militarizado de la armería en riesgosas operaciones clandestinas en tiempos del Consejo de Estado, en 1962… Armas que, muchos no lo saben, estaban destinadas a la insurrección encabezada por Manuel Aurelio Tavárez Justo.

Supe de sus múltiples acciones en las calles y callejones de San Cristóbal como militante del Movimiento Popular Dominicano (MPD), primero, y del Movimiento 14 de Junio, después. Lo vi, rifle al hombro, en las calles de Ciudad Nueva como activo luchador constitucionalista durante la revuelta de 1965. Y más tarde me enteré de sus viajes a Cuba y a la Unión Soviética, por los años 70, a recibir entrenamiento militar. Por los años 80 lo percibí en Santo Domingo como hombre de acción del Partido Comunista Dominicano (PCD), en el cual cumplía un rol similar a un encargado de seguridad, reservado para hombres corajudos.

Me refiero a Braulio Torres cuyo segundo apellido nunca he sabido- quien el viernes 6 de julio, a las 6:00 de la tarde, en el foro Pedro Mir de Cuesta Centro del Libro, en la avenida 27 de Febrero esquina Abraham Lincoln, pone a circular un libro cargado de historia que, con toda seguridad, dará mucho de que hablar: Cautivo de mi verdad. En la obra, según se ha adelantado, Torres da fe de lo vivido, apuntando siempre su interés por el respeto a los derechos humanos, la construcción de un Estado justo y su rechazo por la represión.

(Espero que en ella haya alguna alusión, aún sea superficial, a la acción dramática, cometida por miembros del PCD en los predios universitarios por decisión del alto mando- de introducir excremento humano en la boca de un funcionario que había expresado conceptos considerados injuriosos contra una militante destacada y respetada de esa organización). El libro interesa a mucha gente, especialmente a todos los que de una forma u otra estuvieron vinculados a las acciones de los otrora beligerantes grupos izquierdistas capitaleños, así como a los sancristobalenses en general.