Opinión

Breve que te quiero breve

Breve que te quiero breve

Cada hora, alrededor de un millón de meteoritos penetran nuestra atmósfera. Casi todos, salvo muy raras excepciones, se desintegran antes de llegar a la superficie de la Tierra. Eso nos recuerda que la misma atmósfera, aparte de propiciar la vida, también hace las veces de escudo confiable y poderoso, que convierte en polvo cualquier proyectil asesino, aunque sean de hierro puro.

Los meteoritos pueden ingresar a la Tierra a 250 mil kilómetros por hora, docenas de veces más rápido que el más rápido avión supersónico. Si el objeto es muy grande, podría vencer la resistencia de la atmósfera, desatando una fuerte emisión sónica que destruya todos los cristales en un área considerable. Eso es algo que las películas de Hollywood no registran: el pavoroso ruido que puede llegar a desatar un objeto venido del espacio.

Los más recientes de los tiempos actuales afectaron el territorio de Rusia dos veces, uno de 3 mil toneladas sin causar daños, en el 2009 y un segundo que pesaba 10 mil toneladas, afectando a 12 mil personas, en el 2013, Su trayectoria de vuelo fue de 32, segundos y por unos instantes su brillo fue mayor que el del Sol. En Bolivia cayó uno similar, pero sin causar heridos o pánico.

Los meteoritos pueden representar un verdadero peligro para los viajes espaciales, algo contra lo que la humanidad tendrá que luchar para cuando llegue el día de viajar comercialmente a otros planetas. No falta mucho, tal vez para el año 2050.

El Nacional

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