Opinión

Caída en desgracia

Caída en desgracia

Le llegó la hora a Bo Xilai, ex jefe del Partido Comunista de Chongqing, después de un escándalo en torno al asesinato de Neil Heywood,  un prominente hombre de negocios británico. Su esposa Gu Kailai fue encarcelado en agosto pasado por la muerte de Neil. El sonado caso Bo ha sacudido a China, por efecto de la corrupción en la cúpula del PCCh.

Para casos como estos, los ingleses, con su singular humor negro, han acuñado el rose and fell, algo así como el sube y baja en que los niños juegan en una tabla a estar tanto arriba como abajo. 

La irónica frase que define las veleidades y volubilidad  del poder político.

Quienes lo ostentan suelen dejarse absorber de tal manera que olvidan sus inescrutables reglas.

Bo Xilai no es el primer alto  dirigente del PCCh en caer en desgracia.

En veinte y tantos años, Zhao Ziyang,  secretario general del Partido Comunista en 1989, es el más importante político chino en perder su posición y su libertad.

Los motivos no siempre son los mismos. Como secretario general del Partido Comunista cuando estallaron las protestas en Pekín y otras ciudades en 1989, se remitió a condenar a los manifestantes llevó a ser destituido de su cargo por Deng Xiaoping. Sin ser acusado de ningún delito,  Zhao fue puesto bajo arresto domiciliario, donde permaneció hasta su muerte en 2005.

El Nacional

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