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Calamidad en hospitales son almacenes de enfermos

Calamidad en hospitales son almacenes de enfermos

Ocho años después de la entrada en vigencia del Plan Decenal de Salud (Plandes 2015) los hospitales públicos siguen siendo “almacenes de enfermos”, debido a las precariedades económicas y operativas en que se desenvuelven esos centros de salud destinados a la población más pobre. Cifras del Banco Mundial del 2012 indican que el 40.9 por ciento de los dominicanos vive por debajo de la línea de la pobreza. Los testimonios de médicos, enfermeras y dirigentes gremiales del sector salud indican que en los hospitales públicos no existen las mínimas condiciones para trabajar, debido a los déficits de camas, equipos, medicamentos, material gastable e insumos.
La mayoría de los laboratorios están cerrados y otros carecen de reactivos. A esa situación se agrega el hacinamiento en las salas de internamientos y baja calidad de los alimentos que sirven a los pacientes y al personal médico. La falta de mantenimiento a los equipos y ascensores convierte el traslado de los enfermos y de los cadáveres en un acto inhumano, propio de las cavernas.

Algunos hospitales, como el oncológico, llevan años construidos y no están operando por falta de recursos humanos y equipos. La doctora Mery J. Hernández, presidenta de la Regional del Distrito Nacional del Colegio Médico Dominicano (CMD), calificó de alarmante la precariedad que afecta a los hospitales de esa demarcación.

Indicó que una investigación reciente evidenció las grandes precariedades en que se desenvuelven los hospitales Darío Contreras, Moscoso Puello, Luis Eduardo Aybar, Maternidad Nuestra Señora de la Altagracia, Robert Reid Cabral, Maternidad San Lorenzo de Los Mina y otros centros de salud de la capital. “Los hospitales públicos son almacenes de personas con criaderos de mosquitos, vectores de enfermedades, fundamentalmente dengue y la chikungunya”, dijo.

“Después que Salud Pública eliminó la cuota de recuperación aquí no hay de nada, ni jeringuilla ni nada. Eso da pena “, afirmó Martina Concepción, dirigente del Sindicato Nacional de Trabajadores de Enfermería del hospital Luis Eduardo Aybar (Morgan), destacado por la gran cantidad de pacientes que llegan de diferentes puntos del país.
Aseguró que la dirección del hospital suspendió las cirugías selectivas porque no hay ropas para ese procedimiento.
También fueron suspendidos los internamientos selectivos para dar preferencia a los pacientes que llegan a través de la unidad de emergencia.

“Los enfermos salen de aquí flacos y peor, porque la comida no sirve y no hay medicinas”, dijo a los periodistas Altagracia Pérez, quien tiene dos semanas visitando todos los días a un hermano interno en ese centro de salud. Las áreas de consulta están altamente masificadas y la mayoría de los pacientes deben permanecer parados, pegados a una pared esperando que los médicos los atiendan por el déficit de asientos. Conseguir una consulta en un hospital público es una odisea.

Sixta Quezada llegó el pasado martes al Morgan a las 3:00 de la madrugada procedente de Guaricanos en busca de una consulta. Luego de varias horas de espera en una fila de casi 100 personas, les comunicaron que los tickets se terminaron, porque sólo había 25 y ella era el número 32.

Amparo Segura, auxiliar de enfermería del hospital Moscoso Puello, aseguró que en ese centro de salud no hay rayos X, los ascensores están dañados y los camilleros tienen que subir a los pacientes por las escaleras. “Los cadáveres los bajan por las escaleras ante la vista de todos”, expresó.

“La comida es poca y de mala calidad. Es una muy pequeña ración de arroz con guandules, tayota o berenjena. Casi nunca hay carne”, precisó.

La comida es la misma para todos los enfermos sin importar sus dolencias. Tampoco hay diferencia entre la comida de los enfermos y el personal médico y de enfermería. El desayuno es a base de chocolate de agua y avena.

Desde hace tiempo en el Moscoso Puello no hacen monografías ni electrocardiogramas a los pacientes ambulatorios.
Los bajos presupuestos y la tardanza del Ministerio de Salud Pública en entregar las subvenciones mensual a los centros bajo su jurisdicción ha convertido sus economías en inmanejables.

Este año, el Ministerio de Salud Pública recibió un presupuesto de unos RD$60,297 millones, 1.5 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB), para subvencionar unos 1,045 centros hospitalarios, en el territorio nacional. Ese monto incluye los gastos de hospitalización, servicios de salud ambulatorios, medicamentos, pago de salarios y la administración de los hospitales del Estado, en una nación donde la población enferma crece como la verdolaga, debido a la ausencia de una correcta política de salud preventiva.

El doctor Pedro Sing, presidente del CMD, aseguró que ese presupuesto “insuficiente” mantiene en situación de calamidad a todos los hospitales del país, en perjuicio de millones de ciudadanos cuyas condiciones económicas les prohiben acceder a la medicina privada.

El dirigente gremial calculó en más de 100 millones de pesos la deuda acumulada por los centros de salud en los últimos meses y advirtió que si siguen los retrasos en la entrega de las subvenciones, el sistema hospitalario podría colapsar. “Todos los hospitales tienen deudas millonarias”, significó.

Consideró insólito que un país con más de 10 millones de habitantes y altos niveles de pobreza extrema opere un sistema sanitario con menos del 2.0 por ciento del PIB.
Abogó porque el presupuesto del Ministerio de Salud alcance el 5.0 por ciento del PIB. “Estamos sugiriendo que ese presupuesto sea incrementado en un 0.30 por ciento anual hasta llegar al monto requerido”, manifestó Sing.

UN APUNTE

Obstáculos a la prensa
En medio de múltiples restricciones trabajan los periodistas en los hospitales públicos, quienes tienen grandes inconvenientes para obtener informaciones y hacer fotografías.

En Números

2006
Fue elaborado  el Plan Nacional

Decenal de Salud (PLANDES 2015) con el objetivo de desarrollar un Sistema Nacional de Salud en los próximos diez años. Es un instrumento que define las grandes orientaciones y prioridades estratégicas para mejorar la calidad de los servicios de salud a la población.

 

Pilar Moreno

Periodista de vasta experiencia en el periodismo educativo y político