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Cambio climático

Cambio  climático

En el pasado mes de septiembre, dos huracanes de categoría 4 y 5 tocaron tierras caribeñas. Antigua y Barbuda, Dominica y Puerto Rico experimentaron impactos directos que causaron daños catastróficos y altos niveles de muertes.

Afortunadamente, la República Dominicana se libró de efectos tan devastadores. Sin embargo, la costa norte, lugar clave de la industria turística del país, sufrió daños sustanciales que llevará tiempo y dinero reconstruir. Pudo haber sido peor.

Tenía 9 años y vivía en Santo Domingo cuando fuimos golpeados por el huracán Georges, matando a 615 personas y causando daños a miles de millones en todo el Caribe y el Golfo de México. También recuerdo una serie de tormentas tropicales menos intensas en los años siguientes.

La buena noticia es que parece que cada año mejoramos en la gestión de riesgo de huracanes. Las muertes han sido limitadas incluso frente a los fuertes vientos y tormentas.

La mala noticia es que debido al cambio climático, los científicos advirtieron que las tormentas podrían volverse más frecuentes y poderosas que cualquier fenómeno que hayamos visto en el pasado.
Mientras los países negocian el acuerdo internacional sobre el cambio climático, en Bonn, Alemania se ha debatido cómo podemos prepararnos mejor para el futuro.

Las pequeñas islas no solo son cada vez más vulnerables a los impactos del cambio climático, sino que nuestras economías dependen en gran medida de las industrias, especialmente del turismo, que también se encuentra en riesgo.

La gestión del cambio climático requiere un esfuerzo internacional concertado, tanto para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, como para proporcionar recursos que ayuden a los países en vías de desarrollo a adaptarse a los inevitables impactos. Por esta razón, es importante que nuestro gobierno continúe su iniciativa para fortalecer la estrategia de diplomacia y compromiso con el cambio climático.

A nivel nacional, cuando se trata de gestión de riesgos y de desastres, hay mucho que mejorar si se toma en consideración la magnitud de los desafíos que enfrentamos.

La Oficina de Reducción del Riesgo de Desastres de las Naciones Unidas (UNISDR) recomienda tres enfoques que nos ayudarán a prepararnos: estos son: protección, alojamiento y retiro. La República Dominicana debería evaluar cómo estamos respondiendo en cada una de estas áreas y hacer mejoras cuando sea necesario.

En primer lugar, la protección se refiere a soluciones estructurales duras que proporcionan una sólida barrera entre la tierra y el mar (rompeolas, espigones, etc).

En segundo lugar, la acomodación significa desarrollar soluciones que permitan a las poblaciones costeras que continúen ocupando áreas vulnerables y lleven a cabo las respuestas apropiadas.

Los ejemplos incluyen: reconstruir viviendas de acuerdo con estándares de construcción anticiclónicos, asegurar que la subdivisión costera esté por encima de los niveles de tsunamis y marejadas, considerar el cambio climático y el aumento del nivel del mar al reconstruir la infraestructura y la aplicación de estándares mínimos de construcción.

En tercer lugar, el retiro se refiere a los retiros proactivos de la costa para reducir el riesgo de eventos extremos. La realidad actual es que algunas áreas pueden ser tan vulnerables al daño de la tormenta y la erosión que no es seguro mantenerlas habitadas.

Esto representa una decisión difícil y la planificación debe incluir la colaboración de todas las partes interesadas para minimizar el impacto en la calidad de vida de quienes viven en estas áreas y de quienes visitan y continúan aportando a nuestra economía.

Cada uno de estos enfoques presenta compromisos que plantean desafíos políticos y económicos. Pero la realidad es que, como demostraron gráficamente los recientes huracanes, ya no podemos darnos el lujo de posponer las decisiones difíciles. Basta con mirar la trayectoria de las tormentas Georges, Irma y María para notar que todos siguieron un camino similar a través del Atlántico y el Caribe.

La República Dominicana ha tomado medidas importantes para desarrollar su política nacional de Cambio Climático.

Existen grandes oportunidades para nosotros influenciar la respuesta de las Naciones Unidas a la crisis y acceder a los recursos que nos ayudarán a prepararnos para el futuro.

Pero con la última temporada de huracanes ya detrás de nosotros, y la atención desviándose hacia otras prioridades, debemos aprovechar la oportunidad para actuar nacionalmente y como parte de la comunidad internacional.
La autora es abogada.

El Nacional

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