Opinión

Cápsulas

Cápsulas

El historiador Franklin Mirabal estremeció la bibliografía deportiva cuando en el año 2008 publicó su formidable libro “Los 50 Mejores”, donde él recoge los que considera son los 50 mejores jugadores dominicanos que han actuado en las Grandes Ligas.

Como ustedes saben, el primero fue el montecristeño Osvaldo Virgil, en el año 1956 y con el equipo Tigres de Detroit.

Han transcurrido 53 años desde que el pionero Virgil rompió la barrera para que entraran (al estilo, después, de lo que en política hizo Trucutú) sus compatriotas, que en poco más de medio siglo suman ya cerca de 500 “bigleaguers”.

El libro del destacado periodista deportivo e historiador Franklin Mirabal provocó, como se esperaba, incontables comentarios, análisis, polémicas y todo lo que origina una buena obra, del género que sea.

Yo escribí un artículo en esta misma columna haciendo una que otra sugerencia a la lista contenida en “Los Mejores”, sin dejar de reconocer que se trataba, y se trata porque es material de consulta, de un trabajo pionero en su género, o sea, así como lo fue Ozzie Virgil para nuestro material en las Grandes Ligas, el libro de Franklin Mirabal lo es para el béisbol y el deporte en sentido general.

Y ahora, cuando “Los 50 Mejores” sigue caliente como el pan salido del horno y como el vino (para los que beben, entre los cuales no me encuentro) añejado, el catedrático Franklin Mirabal nos entrega otro libro que cautiva, que sirve para leer y consultar, que nos refresca la memoria, que hace justicia y que, como todo gran aporte a los bibliófilos, permite la discusión seria, la polémica interesante, la protesta y la aceptación.

Este nuevo y maravilloso libro se titula “Los 25 Mejores”, en el que Franklin Mirabal hace una lista de los que él entiende son los 25 dominicanos más sobresalientes en la pelota criolla.

En “Los 25 Mejores” Franklin Mirabal obvia las temporadas de 1951-1952, 1953 y 1954, lo que se llamó “la pelota de La Normal”, porque se jugaba en el estadio sin luces del entonces liceo Presidente Trujillo, hoy liceo Juan Pablo Duarte.

En la lista mirabaleña se incluyen apenas 2 (más bien I) que jugaron en esas temporadas, antes de que el béisbol se trasladara al estadio Trujillo, después Quisqueya y hoy, por resolución congresional, Juan Marichal, comenzando con la justa 1955-1956.

Esos 2 incluidos en la lista son los hermanos Diómedes Antonio Olivo (el gran Guayubín) y Federico Olivo (el gran Chichí), aunque es necesario destacar que el menor de los gigantes Olivo, o sea, Chichí, participó en apenas 9 juegos distribuidos en las citadas 4 temporadas 1951-1954.

Ahora bien, yo hubiera colocado en la ya famosa lista de los 25, como número 26, a Juan esteban Vargas Marcano, el inmenso Tetelo Vargas, el “Gamo Dominicano”, que en esas justas normalistas obtuvo, con más de 40 años de edad, un título de bateo: 355 en 1953, con las Estrellas Orientales.

Uno del béisbol más nuevo que yo hubiera colocado en la lista de Franklin Mirabal se llamaba (murió joven en un accidente) Rufino Linares (El Rufo) y otros más, a los que me referiré en próximas entregas de estas “Cápulas”.

En cuanto a que Franklin Mirabal hace la lista mediante rigor de mejores, o sea, Miguel-Guelo-Diloné la encabeza porque el historiador entiende que es el número I del béisbol dominicano, tengo mi parecer.

Eso también puede ser motivo de nuevas discusiones amistosas, de otros enfoques, de opiniones a favor y en contra, etcétera, por lo que sugiero al maestro Mirabal que organice un Foro para debatir sus 2 libros.

El Nacional

La Voz de Todos