Opinión

Cápsulas

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El detective más famoso de todos los tiempos es Sherlock Holmes, surgido de la pluma del genial escritor, médico y teósofo inglés Arthur Conan Doyle.

Si me tocara hablar de un segundo lugar en la lista colocaría a Hércules Poirot, de la formidable autora inglesa Agatha Christie, a pesar de que su héroe era belga.

¿Quién ocuparía una honrosa y digna tercera posición entre los detectives más prestigiosos de la delicada literatura política de la Historia?

Me quedo con el inspector Maigret, creación del prolífico novelista belga Georges Simenon, que aunque ciudadano de Bélgica escribía y pensaba en inglés.

Para una cuarta destacada posición yo coloco a la señorita Marple, otra maravillosa creación de la citada señora Christie, cuyas obras están entre las más vendidas de la autoría universal.

El quinto lugar en mis preferencias lo tiene un “detective amateur”: el tremendo “seductor” Gilbert Keith Chesterton y todo lo que éste londinense ilustre volcó en su célebre padre Brown.

Para yo poder seguir con la lista de los grandes detectives de todos los tiempos me permito cruzar el Atlántico y aterrizar en los Estados Unidos.

Porque allí están los dos que siguen en mi lista, dos maestros entre los investigadores privados: Philip Marlowe y Sam Spade, productos de las sutilezas literarias de Raymond Chandler y Dassiel Hammett, respectivamente. El octavo lugar corresponde en mis preferencias a Mike Hammer, el agresivo detective que nos legó Mickey Spillane y su “I, the Jury”, que hizo que Biff Elliot se volviera loco creyendo que él no era Biff Elliot sino…Mike Hammer!

Y como yo no creo que James Bond es un espía sino un gran detective, le rindo homenaje al novelista y agente británico durante la Segunda Guerra Mundial Ian Fleming colocando el agente 007 en la novena posición.

Para el lugar número 10, ustedes, amables lectores, me van a permitir que me salga de los autores y creadores de grandes detectives para quedarme con una gran detective producto de los guiones de la televisión (te copiaron, Agatha): Jessica Fletcher, la mismísima de “Murder, She Wrote” y su protagonista y eximia actriz inglesa Ángela Lansbury.

Pero… ¿quién es el padre de la novela de declives, el creador del primer y auténtico personaje del sabueso humano, del que deduce con juicio matemático?

Ese personaje se llama Augusto C. Dupín, nacido de la increíble, maravillosa, estremecedora, cautivante, profunda, sicoanalítica (antes del propio doctor Freud), compleja, laberíntica, gigantesca y asombrosa imaginación de un genio llamado Edgar Allan Poe, máximo exponente de la literatura USA de todos los tiempos.

Es Edgar Allan Poe el padre de la novela política, el primer creador de un auténtico investigador y a quien todos los del género deben la paternidad.

Por demás poeta exquisito y filosófico (el Cuervo, por ejemplo), narrador del horror y de la profundidad del alma humana, maestro del cuento largo y de la novela corta (como bien dice su admirador número Charles Baudelaire).

Sería necesario escribir varias biografías para decir algo de lo que encierran las obras completas del erudito Edgar Allan Poe, entre otros méritos padre de la novela policíaca.

Pequeño homenaje que yo le rindo en este 200 aniversario de su nacimiento.

El Nacional

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