¡Los demonios!
Señor director:
Aquí se han desatado los demonios, por culpa de los legisladores que eliminaron el párrafo III del artículo 85 de la Ley 76,02 del Código Procesal Penal. Esos sabichosos y ventajosos (por su ilegal barrilito y cofrecito mas otros privilegios irritantes para quienes tenemos un ápice de vergüenza) quieren cercenarles a los ciudadanos el derecho a querellarse contra los funcionarios que se entienden dueños del erario.
Esa barbaridad poco extraña, porque en ese “Congreso para el Progreso” cualquier hecho no santo es posible en contra de sus representados y es que las mayorías de nuestros representantes hasta la saciedad nos han demostrado ser soberbios, ególatras y peor aun amante al dinero público sin parangón.
Sus representados solo somos valiosos cuando ellos quieren votos, luego de obtenerlos nos olvidan, y si alguien lo duda solo tiene que peinar las comunidades para contactar sus necesidades, viejas como el tiempo, a pesar de los mucho que las vociferan y mendigan los comunitarios(quienes pagamos impuestos) para que los gobiernos los resuelvan. Y ni para estas miran los “representantes”, en cualquier otro menester menos en abogar por el bienestar de sus representados como debería ser, porque a ellos deben sus curules.
Algunos percibimos que esa engañifa gravísima de congresistas (genios del mal) no será sancionada y haremos como Santo Tomas ver para creer para que reciban una sanción ejemplarizadora los responsables de ese hecho tan bochornoso.
Probablemente tengamos que conformarnos con dimes, diretes y el yo no fui, que caracteriza a los servidores públicos carentes de ética, irresponsables y cero transparencia con el manejo de los bienes públicos, pero quienes aspiramos a una democracia plena tenemos que vigilar a los congresistas dictadores, cada vez más abundantes. Estos erróneamente interpretan que todos sus representados somos analfabetos, como ellos no leemos y por ende cuantas veces les dé gana nos pueden meter gato por liebre.
Atentamente,
Lic. Teresa Gómez
