Opinión

CARTAS DE LOS LECTORES

CARTAS DE LOS LECTORES

Jeanne Marie!

Señor director:

El viernes de la semana pasada me sentí profundamente entristecido al leer en algunos diarios de circulación nacional, en brevísimas reseñas, que personas que se proponían protestar ante un hotel, en ocasión de una publicitada conferencia en la cual un dirigente de un partido político iba a ser entrevistado por un periodista extranjero. La crónica periodística me llenó de indignación y pena, porque en una de las fotos se percibía a una mujer agredida por un grupo de hombres exaltados.

¿Cuál no sería mi sorpresa y dolor cuando días después me enteré que la mujer vejada y vilipendiada era nada menos que la hija de ese inquebrantable y valiente luchador contra la dictadura que padeció el pueblo dominicano hasta el año 1961, mi compañero, mi fraternal compañero de toda la vida, doctor Luis Delgado Bogaert (Yipi)! Aún me cuesta creer que nuestro retroceso democrático ha alcanzado los tiempos que creía idos para siempre, en los cuales Balá y su banda campeaban en plena calle El Conde, así como la desesperación y agonía que sufríamos en las ocasiones de las multitudinarias manifestaciones que protagonizó Unión Cívica Nacional, en todo el territorio nacional.

Recuerdo que el 20 de agosto de 1961, durante el traslado a San Francisco de Macorís como en su plaza central, al igual que al regreso, vivimos continuos ataques con piedras y palos de parte de las turbas promovidas por los serviles del régimen. Yo personalmente fui atacado por paleros, esgrimiendo largos cuchillos, en las cercanías de Pontezuela, quienes no lograron sus propósitos gracias a la pronta respuesta de varios de mis acompañantes. Recuerdo también con dolor cómo concluyó esa jornada, con el doble asesinato de Fausto Jiménez, en la Junta de los Dos Caminos y de Erasmo Bermúdez Espaillat, en la calle España, en el mortuorio del primero. No podía imaginar que los métodos de la dictadura imperante hace más de cincuenta años podrían ser revividos en pleno siglo XXI.

¡Jeanne Marie! La firmeza de tus convicciones y el valor inconmovible, como enfrentaste esa horrenda y vergonzante agresión, me obligan a expresarte mi admiración y mi satisfacción, porque he visto en ti renacer la personalidad recia de tu padre, doctor Luis A. Delgado Bogaert, así como el carácter y la energía que, en su tiempo, mostró en toda ocasión tu abuela, Jeanne Bogaert Román de Delgado.

Sin proponértelo tal vez, te has convertido en una heroína, porque héroe es aquél que posee convicciones tan firmes, que es capaz de afrontar todas las adversidades sosteniéndolas con valor y decisión, inquebrantables. En esa ocasión tú has sido una verdadera heroína. Te admiro y te quiero, Jeanne Marie!

Atentamente,

Dr. Federico C. Alvarez hijo

El Nacional

La Voz de Todos