Mercado y mercaderes
Señor director:
La razón por la que en estos momentos no me adhiero a ningún proyecto político, se debe al siguiente y muy particular análisis:
Somos una sociedad, que a poco esfuerzo, endosó a la partidocracia existente su voluntad y propósitos políticos a cambio de permisividad y limosnas indignantes. Fundamentalmente, tres grupos políticos, uno de ellos eternamente dividido. Otro enano agigantado, que vive solo de la memoria de su gran caudillo.
Tienen las fuerzas que devengan justamente del desgano y desinterés de quienes carecen de los lineamientos de algún líder mesiánico, que guíe sus pensamientos y acciones, en el marco del genuino interés de las grandes mayorías. Un verdadero interés social más que renovador, transformador del Estado, a un sistema incluyente donde el estado de derecho nos garantice nuestra dignidad ciudadana.
Vale señalar que grupo gobernante, no es el exclusivo partido que nos gobierne, sino la suma del mismo, con los demás que lo legitiman.
Es por eso que todos dependen del poder. Uno administrando los recursos del Estado a su antojo y comisiones, interés básico y primordial de cada partido del sistema. Con la excepción, justamente de aquellos pequeños grupos excluidos. Que no han estado nunca cerca del boato.
Para los grandes partidos de la oposición, las campañas políticas son importantes, porque es tiempo de zafra… ¡siempre ganan! aunque queden en segundo o tercer lugar. Nuestras campañas son muy lucrativas. Quizás esta es la razón por la cual siempre están presentes las mismas propuestas. Las tendencias son asociaciones de amigos que se lucran del trabajo de adeptos, mientras los dirigentes siempre salen bien. Ganan suficiente, negocian sus particulares intereses, para cuatro años sabáticos.
Es decir, participan en la política, los comerciantes interesados y los tontos de buena voluntad. Lo que yo alguna vez he sido.
La única novedad es que paso a la legión de los que buscan una fuerza emergente y transformadora, que no legitima a la partidocracia, pero que tampoco endosa su compromiso y visión ciudadana al estatus quo.
Prefiero ser del grupo de los inconformes, consciente de que esto debe cambiar.
Atentamente,
Luis A. Montás Castillo
