Opinión

CARTAS DE LOS LECTORES

CARTAS DE LOS LECTORES

Estigma legislativo

Señor director:

Los legisladores dominicanos merecen tantos calificativos que la semántica carecería de suficientes significados para ponerles a todos/as. ¡Cuánto duele al pueblo tener senadores y diputados que calcen cualquier epíteto porque todos les quedan como anillo al dedo! Son legisladores de la regresión y la desconfianza que cada vez se les cree menos, pues son capaces de cualquier cosa siempre que sea en beneficio propio y de sus copartidarios. Juntos conceptualizan y arengan en defensa de sus intereses. ¿Quien no ha oído a Cristina Lizardo y a Reinaldo Pared Pérez justificar la reforma a la constitución como una demanda del pueblo, o defender el Barrilito como un hecho legal y patriótico?

Abel Martínez, después que atropelló la Constitución, patrocinó y distribuyó dentro y fuera del país una Constitución Infantil, y ahora figura entre los principales protagonistas del macabro remiendo a nuestra Carta Magna, entrando al mismo saco de los vanidosos que la han modificado en cuatro decenas de veces por asunto de intereses individuales y grupales.

Son legisladores de la opulencia a costa de los recursos que paga el pueblo para la solución de los problemas colectivos y el desarrollo de toda la nación. Son los que más privilegios se han autoaprobado en su propio beneficio, desde lujosos sueldos y vehículos exonerados de impuestos hasta maquillistas y masajistas, entre otros usufructos de la miel del poder. En décadas pasadas teníamos legisladores literalmente analfabetos; ahora son profesionales pero por sus actuaciones son peores ciudadanos/as que aquellos. Como se sabe, los congresistas son políticos, dirigentes y militantes del partido gobernante que ni siquiera guardan las apariencias de sus acciones parcializadas y antipueblo.

Todos tienen títulos y el don de la palabra pero actúan en perjuicio de la sociedad. Tan engreídos son, que ya están promoviendo un nuevo remiendo a nuestra Constitución. Como efectivos petulantes ni cogen ni dan tregua. Y ahora están gozosos y fortalecidos con su alianza con el Poder Ejecutivo para continuar en el gobierno a costa de lo que sea. Es la unificación de los tres poderes del Estado por la permanencia de la impunidad, la corrupción, la inseguridad ciudadana, el desorden de Amet y de decenas de Ayuntamientos del país, la delincuencia de arriba y de abajo, el crimen organizado y callejero. Así crecerán la pobreza y los antivalores, y continuará en picada la calidad de vida de las clases media y baja.

Atentamente,

Santiago Martínez

El Nacional

La Voz de Todos