Uña y diente
Señor director:
El presidente Danilo Medina tiene dos puntos trascendentales en su obra de gobierno: las visitas sorpresa, con todo el beneficio social que genera esa actividad y la tanda extendida de las escuelas, incluyendo el almuerzo escolar y modificaciones de los niveles de enseñanza.
Lo que constituye la punta de lanza del gobierno, porque le acerca a los sectores populares de menores ingresos, es enfrentado desde el sector privado y por una oposición política que luce dispersa y en ocasiones sin fuerza.
Ya el presidente Medina advirtió que va a defender con uñas y dientes las visitas sorpresa, donde escucha la voz de los que residen en áreas populares, de los que carecen de recursos para iniciar programas de trabajo, y procede a disponer la entrega de préstamos sin intereses y a ordenar la terminación de obras que son de primera importancia.
El candidato presidencial del Partido Revolucionario Moderno enfrentó esas visitas sorpresa, y sin tener argumentos sólidos trató de minimizar los esfuerzos que todas las semanas realiza el presidente Medina, visitando diversas comunidades, muchas de las cuales se encuentran aisladas y hay que saltar charcos para llegar a ellas.
Luis Abinader es economista y político, pero a pesar de su juventud luce desfasado y fuera de lo que se estima son los puntos básicos del acontecer nacional. Para tratar de ganar popularidad levanta la banderilla para enfrentar las visitas sorpresa y plantear un debate con Danilo.
Mientras que los empresarios, que pecan de insensibles ante los graves problemas de la educación dominicana, dicen que tienen reparos a los programas de tanda extendida, construcción masiva de escuelas, la entrega del desayuno y el almuerzo escolar, y proponen fórmulas para mejorar la enseñanza.
Elena Villeya de Paliza ve la educación como si se estuviera en un bazar o en una plaza de comercio, porque quiere ver atrasos en el sector público, pero guarda silencio ante los abusos permanentes que cometen los dueños de colegios privados.
Es el sector privado que juega con el futuro de miles de dominicanos cuando le pone precios exorbitantes a la educación, aumenta la tarifa todos los años, cambia los libros de textos anualmente, en vez de ser cada cuatro años, y mantiene salarios sumamente bajos para los profesores.
Atentamente,
Manuel Hernández Villeta
