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Cartas de los lectores

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La palabra del Señor

Señor director:
Recientemente en Santiago un predicador evangélico fue detenido por la Policía Municipal después que estacionó su vehículo en un lugar público donde comenzó a predicar con un altoparlante.
La acción de los agentes fue criticada, y si mal no re cuerdo, fueron sancionados por haber actuado en contra del predicador que denunció el hecho a los medios de comunicación.

No creo que el hombre fue detenido por predicar la palabra del Señor, sino por violar disposiciones de Medio Ambiente sobre contaminación sónica. Las personas tienen derecho a realizar cualquier acción que la ley no prohiba, pero igualmente, tienen deberes que observar para merecer ese derecho.

En República Dominicana existe un reglamento sobre espectáculos públicos y radiofonía que regula el uso de bocinas, altoparlantes y otros medios de comunicación electrónica.

Ese reglamento establece que usted no debe utilizar bocinas y altoparlantes en lugares cercanos o alrededor de escuelas, hospitales, iglesias, cuarteles policiales y militares, y en zonas residenciales.
Dispone además, de reglas para evitar el uso de bocinas y altoparlantes antes de las 6:00 de la mañana y después de las 7: 00 de la noche.

Establece un nivel de volumen de dichos aparatos para evitar causar contaminación sónica, o perturbar el sagrado descanso a que tienen derecho las personas.

Muchos vendedores ambulantes usan bocinas para vender sus productos, sin importar la hora y el lugar y con un nivel de ruido tan alto que raya en la locura.

Tanto el que predica la palabra de Dios, como el vendedor callejero, deben respetar el derecho que tiene la gente a sentirse cómoda, sin perturbaciones de ningún tipo como establece la norma sobre espectáculos públicos y el uso de esos aparatos de comunicación.

Igualmente muchas iglesias realizan sus cultos de manera tal que los vecinos no pueden descansar, ni ver la televisión, ni escuchar música, un derecho que les asiste.

No estoy de acuerdo que se actúe como los agentes de Santiago, que se excedieron, pero sí creo que debe existir algún tipo de regla o de norma para todo el que quiera hablar en público a través de una bocina, así sea de la Palabra del Señor.

Atentamente,

El Nacional

La Voz de Todos