Opinión

Cartas de los lectores

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Policías como la arepa

Señor director:
Mucha gente se queja en la República Dominicana del pésimo servicio que brinda la Policía Nacional a la ciudadanía, especialmente en lo relativo a la seguridad.
Los críticos del cuerpo del orden y sus superiores no analizan las condiciones bajo las cuales el cuerpo del orden opera, y solo se ciñen a resaltar lo que entienden está mal y que debe ser corregido.

Las quejas casi siempre tienen base, pero en otros casos la gente desconoce, en el fondo, el papel que juegan los miembros del cuerpo del orden y bajo cuáles condiciones llevan sus actividades diarias.

Un raso de la Policía que realiza labores de patrullaje, y cuyo salario es de 16,000 pesos, generalmente trabaja en forma interdiaria en horario de 8 horas, mientras otros que trabajan cada tres días, laboran 24 horas corridas. El agente policial que labora interdiario deberá pagar dos pasajes para ir a su cuartel y para regresar a su casa, debe desayunar y comer fuera de su casa, y además dejar dinero para que sus padres, si es soltero, o su esposa y sus hijos, desayunen almuercen y cenen, si es casado.

El que trabaja 24 horas seguidas, deberá desayunar, comer al medio día y cenar fuera de su casa y disponer de dinero para que su familia lo haga.
A todo eso hay que agregarle que el agente debe acudir a su trabajo afeitado, con uniforme lavado y planchado y zapatos limpios.

Cuando está de servicio debe someterse a los caprichos de sus superiores, y si está asignado a un funcionario o a un militar de mayor rango, debe realizar labores como “empujar el carrito del supermercado”, “bañar los perros”, “lavar los carros de la casa” y hacer cualquier “mandado” que se ofrezca.

Mientras el funcionario o superior del agente duerme y descansa en su casa bien cuidado, el policía permanece despierto y su familia sola y sin protección.

Si presta servicio en alguna residencia, debe esperar que el servicio le suministre comida casi siempre en el patio, y por una de las muchachas del servicio doméstico.

A todo esto hay que agregarle que el policía no es sujeto de crédito porque gana muy poco y que cuando tiene un problema no tiene hacia donde dirigirse porque la institución no tiene mecanismos efectivos y de rápida acción que puedan prestarle ayuda. Respaldemos a nuestros agentes y no los critiq uemos tanto.

Atentamente,

Eurípides Rosario

El Nacional

La Voz de Todos