Proconsumidor

Señor director:
Sería bueno que Proconsumidor extienda sus acciones de supervisión y vigilancia a negocios como las envasadoras de GLP, que salvo un porcentaje muy reducido tienen arreglados los dispensadores y engañan sin piedad a los consumidores de ese artículo de primera necesidad.

Con el seguimiento que la exdirectora de Proconsumidor, Altagracia Paulino, le dio a este renglón del comercio, la mayoría de las envasadoras dejaron de estafar a los clientes, pero no tuvo apoyo de las autoridades correspondientes ni siquiera para aplicar las multas que había recomendado contra esos estafadores, y con su salida de la institución, el robo es abierto, y los consumidores andan de bomba en bomba de expendio en busca de quién robe menos.

Con el cese de Altagracia como titular de la defensoría del consumidor los distribuidores del Gas Licuado de Petróleo vieron el cielo abierto, y en lo adelante arreglaron los dispensadores en perjuicio del consumidor final.

Por lo generalizada de la estafa que nadie investiga ni castiga, todo deja pensar que los dueños y administradores de este negocio tienen licencia oficial para robar, lo cual no sería extraño, pues el subsidio de combustibles sin control es lo que más se parece al robo, y quien dispone ese subsidio es el gobierno.

A raíz de la ley que controla los precios de los combustibles, al gobierno le ha ido bien, pero a las amas de casa les ha ido mal. Por un lado Industria y Comercio, o el gobierno, les ha mantenido caro el gas de cocinar, y por otro lado, los detallistas las engañan, embasándoles menos gas que el ellas pagan.

Otro sector de la población que sufre los efectos de este engaño es el choferil de transporte público no subsidiado debido a la doble estafa que apuntamos más arriba. Todo el mundo sabe que en los cambios de precios de los combustibles que realiza Industria y Comercio nadie cree, pues esos cambios son una estrategia disfrazada de legalidad para favorecer las acciones económicas y financieras del gobierno. No hay esperanza, pues además de que el gobierno no actúa contra los que explotan y engañan a la población, el mismo gobierno también lo hace, como es el caso que nos ocupa.

Atentamente,