Opinión

CATALEJO

CATALEJO

La irrupción de la juventud dominicana en la lucha frontal contra la corrupción y la impunidad de Estado y su funcionariado, se debe al desarrollo de su conciencia respecto a nuestra realidad. La capacidad de información y su ascendente procesamiento atiza la lucha en ese segmento de la sociedad.

 La juventud que hoy está en las calles reclama sus derechos; está armando una visión de conjunto de la situación global, analiza y toma decisiones para asegurarse un presente y futuro que les sean más favorables.

 Leonel Fernández invirtió cuantiosos recursos estatales para afianzar la cultura de la clase dominante, matizada con los nuevos tiempos de la corrupción de Estado y envilecimiento pequeño-burgués.

 Hasta ahora, esa es la cultura que ha predominado en esta sociedad, como ocurre en otras realidades capitalistas del Tercer Mundo. Quebrar esa cultura, es el principio del fin de este modelo económico, social y político.

 Los que han dirigido el país de forma abusiva y defendido el status quo, se han convertido en los propios sepultureros de este injusto sistema, catalizando con la corruptela su natural descomposición.

 Han llegado al límite de violar groseramente sus propias reglas; estupran la Constitución y la Ley de Presupuesto, han creado un mayúsculo déficit fiscal e imponen un criminal “paquetazo impositivo”.

 Todo eso encaja en la abyección y perversión política. Y de tales prácticas se ha cansado la sociedad. Incluso, diversos sectores económicos recriminan las mismas, conscientes de que eso empuja a la lucha social.

 Ya la juventud ha logrado cierta madurez de su conciencia y socialización política. Y lo que comenzó por las redes sociales ha tomado las calles, y no podrá ser detenido con represión, maniobras políticas ni mentiras.

El Nacional

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