Opinión

CATALEJO

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Anulfo Mateo Pérez

El derecho a la privacidad

 

Desde que la salud se convirtió en una mercancía de libre mercado y la población dominicana se hizo cada vez más dependiente de las ARS y PSS para recibir sus servicios, bajo la Ley 87-01, la confidencialidad del paciente es cada vez más vulnerada por los actores económicos del Sistema de la Seguridad Social.

Uno de los graves problemas que están confrontando los asegurados que acuden a las farmacias, es que los expendedores de esos establecimientos están exigiendo a los pacientes revelar sus diagnósticos.

La información requerida es para rellenar un formulario con la misma, lo que desconoce el derecho del paciente a que sus antecedentes personales, su ficha e historia clínica se mantengan en reserva.

Lo mismo ocurre con las indicaciones para pruebas clínicas y de gabinete, y que algunas ARS obligan a consignar el diagnóstico, conocido luego por empleados ajenos al personal de salud y a la ética que lo rige.

He apreciado, que esta práctica se está generalizando y toca al personal administrativo y de más bajo nivel en las ARS, PSS y en hospitales del Estado, a donde acuden con sus dolencias los más pobres.

Las mamparas para separar al paciente de otros, ya no se usan como antes se hacía, se interroga y se realiza tacto rectal, vaginal, colocación de sonda vesical o examen de mamas a la vista de terceros.

El paciente no es tal, sino un cliente, un objeto con valor comercial, porque con este modelo sanitario, que se privatiza y deshumaniza cada vez más, la salud ha pasado a ser una mercancía muy lucrativa.
Es conveniente recordar que la responsabilidad ética del médico es potenciada por la ley, que otorga el derecho a la privacidad y no le obliga a revelaciones inapropiadas que puedan causar daños al paciente.

El Nacional

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