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Caudillismo y caos en la vida nacional

Caudillismo y caos en la vida nacional

Pedro Santana

Desde que apareció en el escenario nacional la figura del caudillo, hizo gala de desprecio por las opiniones de los demás y gravitó actuando al margen de consideraciones más allá de sus intereses y criterios.

Tal fue el caso de Juan Sánchez Ramírez en la coyuntura de 1808, cuando estaban dadas las condiciones para independizarnos de España, y él, apoyado por la iglesia Católica y adeptos, desvió la lucha del colectivo nacional frente a Louis Ferrand que representaba al imperio colonial francés y optó por regresar al vasallaje frente al imperio colonial español, lo que se concretó luego de la Batalla de Palo Hincado, en la Junta de Bondillo, primer congreso nacional con representantes de los distintos municipios que le sirvió de escenario para aislar a Ciriaco Ramírez, encarcelar a los seguidores de éste y retornar a la dominación colonial española; iniciando el período que la historia registra como de la España Boba (1809-1821).

Para el 1ero. de diciembre de 1821, cuando José Núñez de Cáceres proclamó la primera Independencia Nacional, se habían efectuado, por lo menos, seis intentos emancipadores, todos saldados en fracasos.

Entre 1822 y 1844 surgió el liderazgo de Duarte, quien se apartó del modus operandi de los caudillos al organizar La Trinitaria,practicar el liberalismo como doctrina, actuar por acuerdos y subordinar aspiraciones personales al proyecto emancipador, no solo frente a España, sino ante cualquier Estado Colonial, como Inglaterra y Estados Unidos, a los cuales señaló como tales.

En las condiciones económicas y socio-culturales de la coyuntura de post independencia surgieron otros caudillos, Pedro Santana y el no menos infame Buenaventura Báez. Estos dominaron el panorama político del país entre 1848 y 1864, cuando murió Santana pero, Báez siguió con sus acciones antinacionales hasta la muerte.

Entre 1863 y 1865, durante la epopeya nacional popular anticolonialista emergen del anonimato Luperón, Cabral y cientos de caudillos más.

De esa cantera de caudillos que fue la Guerra Restauradora solo Luperón no uso su poder sobre las masas para propósitos personales, actuando siempre cónsono con los intereses de las mayorías.

Entre 1880 y 1899 emergió Lilís como caudillo y se caracterizó por actuar políticamente para crear las condiciones generales para la penetración del capital extranjero y la formación de núcleos burgueses ligado al extranjero, vale decir, para que surgiera la versión dominicana del capitalismo dependiente y la burguesía antinacional que lo encabeza.

El despotismo de Lilis no era cuestión personal, obedecía a los intereses arriba señalados de servil al desarrollo capitalista y desde luego beneficiarse. Lilis fue ajusticiado por quienes aspiraban a sustituirlo como caudillo y usufructuar sus privilegios.

Entre 1900 y 1930 el caudillaje estuvo protagonizado por Horacio Vásquez (Coludo) y Juan Isidro Jiménez (Bolo). La tragedia política nacional se llevó al extremo de resucitar el caos, por las actuaciones de los seguidores de estos dos personajes, en tanto la deuda externa se profundizó, las instituciones solo existían de nombres, un sector de la prensa estaba vendido y el país se sumía cada vez más en la miseria, ambos alargaban estar ajenos al desorden.

Los acontecimientos protagonizados por estos caudillos y sus seguidores llevaron al imperialismo norteamericano a intervenir militarmente el país, pues además de la lógica expansionista que estaba en marcha desde 1880, sus intereses (inversiones) estaban estancados en un país sumido en un caos político-militar protagonizado porirresponsables , así en 1916 ocuparon el país e implantaron un programa que sumió a la nación en estado de dependencia total frente a ellos, surgió el Estado Neocolonial,aun vigente.

El subperíodo de 1924 al 30 siguió siendo caótico por cuanto los caudillos, en especial Vásquez no dio tregua al país. Desdeñó la Constitución, las leyes y los acuerdos partidarios, prolongando su mandato del 1928 al 30, desconoció al Vicepresidente, haciendo caso omiso al sector de Federico Velásquez, y se comportó irresponsable frente a la deuda pública.

Esos, y otros factores, crearon las condiciones objetivas para que se unieran las crisis política y económica que se desató tras la caída de la Bolsa de Valores en 1929 en Estados Unidos y sumió al país en un desastre, que permitió el ascenso de Trujillo al Poder.
El autor es historiador.

El Nacional

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