Lo veía hasta Dios

Dice el refrán que lo demasiado hasta Dios lo ve. Y con el caso del proyecto de ley de partidos políticos era más que obvio el interés de los diputados del Partido de la Liberación Dominicana (PLD) de fabricarse un traje a la medida.

Si no se salieron con las suyas fue por las presiones de la opinión pública, que contó con voces tan potentes como la del cardenal Nicolás de Jesús López Rodríguez. Los legisladores del PLD no solo extirparon del proyecto la prohibición y sanción del uso de los recursos públicos y la igualdad de género, sino que se permitieron vulnerar la propia Constitución al aprobarlo con mayoría simple, por lo menos en la primera lectura, y no con las dos terceras partes que manda la Carta Magna. Insistir en la aprobación de una pieza que tendría todas las posibilidades de caerse ante el Tribunal Constitucional era exponerse demasiado.

Mejor era entonces retirar la pieza, como se hizo, para retomar la vía del consenso. No fue la sensatez, sino la opinión pública la que se impuso con la decisión de los diputados oficialistas de retirar un proyecto de ley que constituía un atentado contra la transparencia y el propio sistema de partidos.