Página Dos

Cójanlo

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Caso bochornoso

 

El caso del profesor al que acaba de imponérsele coerción de un año de prisión por agredir sexualmente a trece estudiantes de una escuela de básica en Salcedo enlaza, sin que nadie se llame a engaño, el malestar del sistema educativo con la descomposición social. Es inconcebible que la alarma no se disparara en una comunidad tan pequeña sobre las acciones que se atribuyen al educador Pedro Arismendy Familia María.

La impresión es que el profesor tenía, por alguna razón, que gozar de protección de sus compañeros de labores, de la dirección de la escuela Villa los Almácigos o de las autoridades educativas de la provincia.

Desde el primer abuso en que habría incurrido Familia María tenía que dispararse la alarma antes de que doce niñas y un niño, todos menores de 13 años, se convirtieran, según el Ministerio Público, en sus víctimas.

El escándalo es para que el partidarismo político se eche a un lado y se sancione a todo el que tenga algún tipo de responsabilidad con las agresiones sexuales por las que el educador ha sido encarcelado. El caso también sugiere una revisión de la operación de los centros educativos.

El Nacional

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