Diálogo difuso.-
Si había reservas en torno a que prospere el diálogo que se busca aquí entre el Gobierno y la oposición de Venezuela, las perspectivas se tornan más difusas tras la afirmación del embajador Jesús Uzcátegui de que en ese país no hay presos políticos, sino políticos presos porque “cometieron actos delictivos”.
La libertad de los presos políticos es el primer punto de las condiciones puestas por la Mesa de la Unidad Democrática para iniciar con el Gobierno un diálogo formal sobre la crisis.
Tampoco se entiende porqué Uzcátegui hizo una afirmación con la que sabe que minaría el camino exploratorio de un diálogo que tanto interesa a su Gobierno.
Al decir que todo cuanto esté fuera de la Constitución “no tiene asidero que sea democráticamente aceptable”, el diplomático descarta que el Gobierno de Nicolás Maduro ceda frente a la anulación de la Asamblea Constituyente, la convocatoria del referendo revocatorio y otras peticiones de la oposición.
Así las cosas, las perspectivas para la reunión pautada para el 27 de este mes con la mediación del presidente Danilo Medina y del expresidente español José Luis Rodríguez Zapatero, nada tienen de auspiciosas.
