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Cójanlo

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Guardia viejo

El superintendente de Vigilancia y Seguridad Privada del Ejército, general Amílcar Fernández Tejeda, es un hombre joven, pero con todas las astucias de un guardia viejo.

La relación que estableció entre el crecimiento de la economía y la demanda de más vigilantes privados es un buen ejemplo sobre sus habilidades.

Destacó que simultáneamente con el crecimiento económico, en el país se han desarrollado nuevos métodos para delinquir, se ha incrementado la delincuencia y la criminalidad, lo que ha aumentado el número de vigilantes. Nada de que la inseguridad que tanto inquieta a la ciudadanía como al comercio tiene que ver con la falta de oportunidades que tanto se enarbola.

Además de contratar los servicios de guardianes privados muchos dueños de negocios han reforzado los locales con barrotes de hierro y otras medidas para prevenir los atracos.

Fernández Tejeda reconoce que la criminalidad y la delincuencia representan un problema social, pero lo asocia con una economía en crecimiento, que para enfrentarlo recurre a la seguridad privada. Muchos especialistas opinan que el problema es más complejo, pero él prefiere quedarse en la lectura menos conflictiva.

El Nacional

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