Altagracia Paulino es uno de millones de nombres comunes y corrientes.

Altagracia Paulino, de las miles con ese mismo nombre, es una persona que decidió hacer de una causa social, su quehacer.

La defensa de los consumidores, cuando el área no era objeto de estructuras en el Estado y apenas existía, una generalmente inoperante Dirección General de Control de Precios, a cargo del General José de Jesús Morillo López, quien hacía lo que podía con los escasos recursos y la pobreza jurídica de un reglamento obsoleto y limitante.

A la Altagracia Paulino a la cual me refiero es a esa mujer, periodista y abogada, que tomó para si la causa de los consumidores, se expresó durante años por medio de un programa de televisión en Telesistema (uno de los de mayor tiempo en el aire), propugnando por una causa que socialmente no era muy entendida.

A la Altagracia Paulino a la cual me refiero, es una que entendió que el país necesitaba una legislación fuerte y clara, una institución rectora, lo que hoy es Proconsumidor.

Esa mujer, la Altagracia Paulino de la que hablo, declinó incluso ser la primera directora de Proconsumidor, en el entendido de que debían surgir otros rostros en esa causa.

Pero , por suerte, asumió el cargo y hoy día es una de las funcionaras más admiradas y respetadas. Admiración y respeto que se ha ganado en base a actuaciones firmes, sin mediaciones y sin condicionamientos a su labor.

Es una Altagracia Paulino a la que respeto. Por ser lo que ha sido.