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Como cada  Domingo

Como cada  Domingo

El Bicentenario del nacimiento de Juan Pablo Duarte, se impone mirar con una crítica mirada más allá de lo superficial y aprender a ver a Duarte como ser integral, como ser humno, como ìntegro combatiente revolucionario de su época.

 Duarte no tuvo, en su época, el reconocimiento que debió tener.

Fue desterrado y perseguido por la dictadura de Pedro Santana.

Duarte muriò de Tuberculosis fabricando velas para los vecinos de Caracas, en Venezuela.

Fue excomulgado por la jerarquía de la mi Iglesia Católica por no ceñirse a las disposciones de la dictadura de Santana. De esa medida hay que hacer una disculpa pública, tal cual ha hecho mi Iglesia respecto de otros errores que ha cometido.

A Duarte se le ha querido negar la condiciòn de general de los ejèrcitos dominicanos, cuando fue nombrado dos veces como tal.

Los programas oficiales del Bicentenario son mandatorios y lo ideal es que trasciendan en calidad de su programaciòn y profundidad de los actos, este 26 de enero.

Tendemos a olvidarnos de las cosas una vez que las fechas pasan.

El Bicentenario es todo el año 2013, por lo que se debe desarrollar una estrategia nacional de redescubrimiento de Duarte.

 Creo que sigue siendo un desconocido.

Duarte fue un proscrito.

Duarte fue un desterrado.

Duarte lo dió todo por la fundaciòn de una patria llamada República Dominicana.

Es altamente positivo que las la Comisiòn Nacional de Efemèrides Patrias, los ministerios de las  Fuerzas Armadas,  de Educaciòn y Cultura, el Instituto Duartiano, los historiadores, los artistas plásticos que han trabajado su figura (y entre ellos destaco a Juan Gilberto Nùñez y Miguel Núñez – quienes no son famila, pese a tener el mismo apellido), estén en el desarrollo del homenaje a Duarte.

En el caso de Juan Gilberto Núñez, son muchas las plazas patrióticas que se han creado tanto en el país como en el extranjero, en base a la figura de Duarte.

 Gracias a Miguel Núñez se tienen hoy reproducciones más o menos fieles a la foto tomada a Duarte en daguerrotipo en Venezuela, por parte de Próspero Rey ya cuando el patricio avanzaba plenamente en la tercera edad y se acercaba el momento de partir de esta existencia.

Nos hace falta una imagen oficial, de un Duarte, firme y saludable y combatiente. Esto no puede ser una duartemanía.

El Nacional

La Voz de Todos