Opinión

Concentración de mercado

Concentración de mercado

Esta semana la Dirección General de Impuestos Internos dio a conocer su estudio de “Concentración de Mercado en República Dominicana” lo que marca un paso adicional importante, en lo que debería ser una meta sostenida de las autoridades y el sector privado de facilitar cada vez más información relevante y con periodicidad sobre el comportamiento de los sectores económicos en la República Dominicana. Si bien dicho estudio me genera más preguntas que respuestas, y personalmente considero que debe ser sujeto de revisiones tendentes a mostrar la información de forma más clara y precisa, entiendo que la intención es sumamente positiva y que esta así como cualquier iniciativa adicional que busque otorgar más información relevante al público debe ser apoyada e incentivada.

El estudio de la DGII no deja claro el criterio empleado para la separación de los distintos sectores, ni puede determinarse si existe algún factor regional que afecte a ciertos sectores, ni que tipo de bien o servicio debe comercializar una empresa para ser considerada parte de un sector.

Debido a lo anterior resulta llamativo que las Asociaciones de Ahorro y Crédito fueran destacadas como un sector económico distinto a los Bancos Múltiples y de Ahorro y Crédito para este estudio, no obstante ambos “sectores” ofrecer los mismos tipos de servicios y compiten por el mismo tipo de cliente. Esa valoración crea lo que posiblemente sea un “falso positivo” sobre la concentración en esos mercados, pudiéndose obtener resultados distintos si fueran evaluados juntos como el “mercado de intermediación financiera”.

Otro número extraño es el de comunicaciones, que no es definido con claridad y donde se afirma que en nuestro país existen más de 2,000 empresas de “comunicaciones”. Seriamente dudo que hable de los servicios de telecomunicaciones, donde en la actualidad se ha reducido a apenas dos grandes empresas compitiendo entre ellas marginalizando a un reducido número de pequeños competidores. Por lo que entiendo indispensable la definición de ese y cada uno de los sectores del estudio y el tipo de empresa que les constituye.

Más aún, no queda evidente si el estudio toma en consideración las participaciones significativas en el capital entre empresas que, en principio, están llamadas a competir entre ellas. A medida que proliferan los grupos económicos en nuestro país, este tipo de estudios no solo puede considerar las empresas de forma nominal que participan en los distintos sectores, sino que debe profundizar en los titulares finales de los ingresos de cada mercado, quienes son los que establecen el ritmo de la competencia sectorial.

No obstante mis observaciones anteriores, sí deseo felicitar a la DGII por hacer el estudio, hacerlo público, y comprometerse a elaborarlo con periodicidad. Si algo ha faltado a nuestro país es información útil de todo tipo que permita a sector privado poder planificar sus estrategias de forma correcta, y al sector público elaborar políticas más efectivas. Por ello, colectivamente debemos sentirnos agradecidos de que finalmente se está haciendo.

El Nacional

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