Opinión

Congiendolo suave

Congiendolo suave

Diferentes opiniones románticas

Recuerdo el discurso de mi amigo cuando me informó que se había metido en amores con una muchacha cuya familia contaba con varias féminas de alto componente puteril. -Debes adivinar que si estoy enredado con esta tipa no es con la finalidad de casarme. Mi padre dice que a las mujeres hay que buscarlas como a los animales, o sea, por la raza, y sabes bien que la mamá de esta caraja es una prostituta no declarada, todo el mundo conoce que le pegó cuernos al marido con más de un hombre, y no descarto la posibilidad de que alguno de sus hijos sea el producto de un cuernazo.
-¿No estarás exagerando?- pregunté, sabiendo que el chismorreo observa con lupa la vida de la gente.

-No solo no exagero, sino que me estoy quedando chiquito, y no voy a mencionar episodios que demuestran la falta de escrúpulos de la que tiró al mundo a mi novia; me limitaré a contarte que supe por otra de sus hijas que la mal nombrada señora tuvo un lío con el abogado que la divorció.
-¡Diablo!- exclamé- es raro que una hija se ponga a relatar actuaciones de esa naturaleza de su madre.
-Específicamente, la gente señala a uno de los hijos varones como que no es de su padre, y si te fijas bien, no se parece en nada a su presunto progenitor. Se dice que el joven hasta heredó el timbre de voz chillón de su papá verdadero.

-Creo que te equivocas al juzgar a tu novia por su progenitora- dije, y de inmediato apelé a cambiar de tema de conversación.
El paso de los días me llevó a observar que mi amigo suavizaba paulatinamente los comentarios sobre la parentela de su pareja sentimental, y una noche me disparó el notición de que dentro de un par de meses contraería matrimonio con la atractiva jovenzuela.

-Tenías razón cuando afirmaste que exageraba al criticar a las mujeres de la familia de mi futura esposa, y sobre todo a su calumniada mamá. El que se lleva de chismes infundados, y ese fue mi caso, comete un grave error, y puede caer en injusticias imperdonables, que tarde o temprano castiga Dios. Además, así fueran ciertas las cosas malas que se dicen de mi casi suegra, no necesariamente sus hijas actuarán como ella en sus vidas de casadas.

Me atrevo a jurar que la que va a compartir su vida conmigo se portará como lo que es, una mujer de principios, y que toma en cuenta la opinión de los demás. Aunque sea feo que lo diga, me saqué la lotería cuando conquisté a esa chica. Le di una palmada sobre los hombros y, aunque esta vez por diferente motivo, introduje otro tema en el diálogo.

El Nacional

La Voz de Todos