Opinión

Conservadurismo extremo

Conservadurismo extremo

Nadie a quien le preocupe la marcha del país, le recomendaría al presidente Danilo Medina que se embarque en aventuras de nacionalizaciones o de simple acoso a las inversiones extranjeras. Con el boom de la globalización, a los capitales les crecieron las alas y cualquier vientecillo local los hace tomar otros destinos que les garanticen estabilidad y lucro.

Por ejemplo, las nacionalizaciones en serie ejecutadas en Venezuela, Bolivia, Ecuador y Argentina han contribuido a  disparar el flujo de inversiones extranjeras  en México y en Brasil, que es líder regional en ese rubro.

Si  algo necesita la economía dominicana es capitales y nuevas tecnologías, y ambas llegan con la inversión extranjera; de modo, pues, que la ruta del neopopulismo desbocado es la misma que la de la autarquía tenebrosa que vivió  la Albania de Enver Hoxa durante décadas en el siglo pasado, así como otras naciones todavía hundidas en el atraso.

Ahora bien, la ideología y la práctica conservadoras en el país han sido tan sistemáticas y difundidas que el status quo económico y de poder prevaleciente le parece a mucha gente como obra divina, natural y consecuentemente intocable.

Basta con que a un presidente se le ocurra plantear en público el interés del Estado en renegociar un contrato de concesión con una empresa extranjera, para que algunos sectores se escandalicen, exageren y pinten el país como si estuviera al borde  de una revolución bolivariana.

Porque aquí los testimonios de muchas cadenas hoteleras extranjeras, grandes telefónicas, bancos, empresas energéticas y de mega-tiendas, etc., son de que en el país prevalece una completa seguridad jurídica para sus inversiones.

 Ahora bien, una cosa es la seguridad jurídica y otra es la impunidad. Si queremos cambios y justicia social se ha visto que el goteo que genera el crecimiento no es suficiente, y el status quo económico y político, hasta la fecha inmutable, habrá de ser tocado aunque sea con un pétalo.

De modo de que si Danilo Medina quiere hacer “lo que nunca se ha hecho” deberá cuidarse del neopopulismo desbocado, pero también del conservadurismo extremo ataviado de seguridad.

 

El Nacional

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