Honduras, Tamayo.- Dieciséis años no han sido suficientes para que los gobiernos que han transcurrido en ese período concluyan la construcción de la escuela Antonio Duvergé Duval en esta comunidad de la provincia Baoruco.
Cada día, 160 estudiantes reciben el “pan de la enseñanza” entre estiércol y orina de chivos, puercos y perros, corriendo el riesgo de enfermarse en un recinto abandonado por las autoridades educativas.
Este centro sirve de corral de chivo, puercos y perros, condiciones en que la dejaron los constructores, sin colocarle una pala de mezcla.
“Gobiernos van y gobiernos vienen, y nadie hace nada por la terminación de la escuela”, dijo Águeda Santana, quien al ver los periodistas vio una esperanza para la terminación de la obra más anhelada.
A esta cruda realidad de la falta de una escuela del nivel primario, se suma la necesidad de un puente para cruzar el río para poder continuar la educación a partir del 5to. grado.
El Ministerio de Educación no se ha dado ni por enterado.
Los estudiantes de esta comunidad, después que pasan del cuarto curso de la primaria, se ven en la obligación de cruzar el río Yaque del Sur en balsas, tallos de plátanos, tubos de goma inflable, para dirigirse a la escuela de Fondo Negro y Quita Coraza, y seguir hasta completar el bachillerato.
En esta travesía, los niños y adolescentes ponen sus vidas en peligro cada vez que el río crece.
