Opinión

Costumbres que matan

Costumbres que matan

El viernes pasado, se recordó internacional mente la mutilación femenina, sorprendiéndonos la extensión de esta violencia extrema en el mundo occidental, al punto de que unos 120 millones de niñas en el mundo, son afectadas por esta práctica, de las cuales, un 5% viven en países occidentales.

Antes de la década de los ochenta, no se conocían muchos detalles de estas mutilaciones, hasta que los países europeos y norteamericanos, comenzaron a recibir la migración de zonas de África conde existe la práctica como costumbre.

Las secuelas, a corto, mediano y largo plazo, son siempre graves

Los sectores de salud, servicios sociales, educación, justicia, entre otros, obligados a movilizarse alrededor de las secuelas en las niñas y mujeres que sufren la llamada circuncisión femenina, tienen pocos resultados positivos, debido a que se realiza de manera silenciosa, como son las costumbres y su arraigo.

Cada año, se reconocen más colectivos que la practican y para el 2007, supimos que también en América Latina hay grupos étnicos focalizados, cuando en Colombia, la muerte de dos niñas indígenas pertenecientes al pueblo embera, murieron a consecuencia de mutilación genital.

Las secuelas, a corto, mediano y largo plazo, son siempre graves. Desde el estado de shock por el dolor y el sangramiento, las hemorragias, infecciones, lesiones en los órganos vecinos, disfunciones sexuales, desórdenes menstruales, dificultades graves en el parto, esterilidad y hasta la muerte, constituyen el primer argumento para abandonar la práctica de esta mutilación.

El recordatorio, además de conocer la realidad de las mujeres en el mundo, viene a caso para reflexionar sobre nuestras propias costumbres que siendo discriminadoras en el género

Precisamente, el ingrediente socio cultural de las costumbres, es una de las grandes dificultades que tiene la violencia basada en el género contra las mujeres, para entenderla, contenerla y erradicarla.

El recordatorio, además de conocer la realidad de las mujeres en el mundo, viene a caso para reflexionar sobre nuestras propias costumbres que siendo discriminadoras en el género, se perpetúan silenciosamente, matando a muchas dominicanas, con la incomprensión generalizada, porque nos encargamos de reciclar mitos y estereotipos en nombre de la cultura.

 

El Nacional

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