Opinión

CRÓNICA DEL PRESENTE

CRÓNICA DEL PRESENTE

El levantamiento militar del Movimiento Clandestino Constitucionalista del Ejército Nacional al que se habían integrado un reducido grupo de oficiales de la Marina de Guerra y la Fuerza Aérea, llegó al conocimiento del pueblo después de la 1:30 p.m., cuando José Francisco Peña Gómez lo anuncio en el programa “Tribuna Democrática” del PRD, que se transmitía a través de Radio Comercial.

El retorno a la constitucionalidad sin elecciones, recibió de manera inmediata el apoyo y el respaldo militante de la mayoría del pueblo en todo el territorio de la República y así se manifestó entre el sábado 24 de abril de 1965, a partir del mediodía, hasta el martes 27 en la noche, cuando quedó definitivamente derrotada la Cuarta Brigada del Centro de Enseñanzas de las Fuerzas Armadas (CEFA), en la batalla del puente Duarte, en la cual murieron entre mil doscientas a mil quinientas personas, que incluían soldados de esa Brigada, soldados constitucionalistas, encabezados por Elías Bisonó Mera, y mujeres y hombres del pueblo.

En la madrugada del miércoles 28, aproximadamente a las 4:00, anunció oficialmente “La Voz de los Estados Unidos de América” la intervención militar de la Armada estadounidense en territorio dominicano por mandato expreso del presidente de ese país, Lyndon B. Johnson. Esa torpe decisión inició el episodio más extraordinario y de mayor repercusión en la historia de América en el siglo XX. Por  primera vez, abierta y frontalmente, un pequeño pueblo hispanoamericano desafiaba el poder militar de la nación más poderosa del mundo. Los jefes políticos de esa nación ignoraban, como han ignorado muchas cosas, la historia del pueblo que habita en la parte Oriental de la isla de Santo Domingo: valiente, aguerrido, indomable, coherente y temerario. Actor solitario de su historia.

La intervención de Estados Unidos, cuando fue llevado por el Gobierno de la República en Armas al Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, convirtió este episodio en una gesta de admiración mundial, que finalizó sentando en una mesa de negociaciones a los representantes de la OEA, Ministerio de Colonias de  Estados Unidos, imposibilitados de exterminar en público genocidio a los que luchaban por la soberanía y la dignidad de su pueblo. Cuarenta y ocho años después no somos tan soberanos e independientes como deseamos y merecemos, pero el pueblo dominicano, “Legendario, veterano de la historia y David del Caribe”, dejó sentado en los créditos de la historia, el respeto que se merece como sociedad de esta adolorida y explotada región americana. ¡Gloria eterna a Juan Bosch, Rafael Fernández Domínguez, Francisco Caamaño Deñó, Manuel Montes Arache, Elías Bisonó Mera, José Francisco Peña Gómez, Juan M. Lora Fernández, Juan Miguel Román, Euclides Morillo, Ramón Mejía (Pichirilo), Norge Botello, Pedro Cadena, Yolanda Guzmán, y todos los próceres que entregaron sus vidas haciendo realidad el verso de nuestro himno que dice: “Ningún pueblo ser libre merece. Si es esclavo, indolente y servil…”

El Nacional

La Voz de Todos