Opinión

CRÓNICA DEL PRESENTE

CRÓNICA DEL PRESENTE

El reordenamiento en el escenario agrario del país que ha iniciado el presidente de la República, compañero Danilo Medina, es una preocupación que por dos razones ha tenido, hace muchos años, tal vez más de veinte, y que discutíamos en nuestras conversaciones en el partido antes del PLD ganar las elecciones para integrar un gobierno de funcionarios con experiencia, por su militancia, para dirigir la Nación.

A nuestro criterio la primera de esas razones es su origen rural: Danilo nació y se crió hasta terminar el bachillerato en la provincia de San Juan de la Maguana, ubicada en el tercer valle más rico y productivo de la República, con capacidad de aportar una tercera parte de los alimentos del país: El Valle de San Juan: Ese era el criterio de nuestro padre, que conoció el territorio nacional, pulgada a pulgada, y que terminó su vida siendo un agrónomo empírico formado en las plantaciones bananeras de la División  Berlanga, Grenada Company, plantaciones de la United Fruit Co., establecida en la provincia de Montecristi desde el año de 1942.

La otra razón es haber estudiado economía llegando a la conclusión, según hablábamos en aquella época, de que nuestro país reclamaba la aplicación de un proyecto de reorganización con criterio tecnológico y científico en el sector agrario, particularmente rural, que junto a otras medidas debía alcanzar también las capas más pobres de nuestra población. Al margen de los pequeños errores en que se ha incurrido y de la supuesta desorganización burocrática del Gobierno, según afirman los llamados tecnócratas y sabios, campeones de la improvisación y el disparate, que realmente se creen “sabelotodo”, Danilo va por buen camino y no puede prestar atención y mucho menos oídos a los emplazamientos que nuestros adversarios, del PLD, de Leonel Fernández y del gobierno que él preside, aventureros irrespetuosos, sin antecedentes de militancia, ignorantes y desconocedores de la realidad social económica, agropecuaria, pedagógica y de la salud, que son cargas, muy pesadas, que debemos combatir para impulsar el desarrollo nacional.

Estos son los planteamientos que debemos esgrimir los miembros, mujeres y hombres, de todas las jerarquías y responsabilidades dentro de la organización; particularmente aquellos que nos autocalificamos como “dinosaurios”, “mamuts” y “elefantes”, sin esconder la edad que tenemos, porque estamos convencidos que en la política el problema no es de belleza física, tener una cara fresca o hacer morisquetas en los medios de comunicación radiales y televisivos. La política es un oficio y además de oficio es un arte y una ciencia que hay que aprenderla como aprenden los médicos, abogados, ingenieros, odontólogos, agrónomos, los secretos de su profesión; es un arte y un oficio como la ebanistería, zapatería,  sastrería o plomería, que no se aprenden de un día para otro, idea que solamente cabe en la cabeza vacía de esa pequeña burguesía dominicana, integrada por oportunistas, calumniadores y difamadores que quieren dirigir el gobierno sin que nadie los haya elegido.

El Nacional

La Voz de Todos