¡Principio del fin!
En los medios de comunicación y en noticieros radiotelevisivos, no solamente en los de nuestro país, sino tambien en Estados Unidos de América y de otras naciones del continente, se ha publicado la informacion de que “Estados Unidos suspende ayuda financiera para los comicios de Haití” y más adelante se da la explicación de que los fondos aportados por el gobierno estadounidense para las elecciones que se celebraron el 25 de octubre del 2015 ascendieron a la suma de 33 millones de dólares.
Esta noticia la externó en una rueda de prensa el portavoz del departamento de Estado, John Kirby, quien advirtió que “la suspensión de la ayuda no significaba una reducción en el apoyo estadounidense al desarrollo de Haití y que le permitiría a los estadounidenses mantener asistencia en otras áreas prioritarias como la salud, el crecimiento económico e infraestructura”.
Por eso esta columna se titula Principio del fin.
Los comicios presidenciales en ese conglomerado humano, como lo calificó Juan Bosch, el gran maestro político, dominicano y de América, están fijados para el 9 de octubre del corriente año y ya al día de hoy hay 29 candidatos a la presidencia. Candidaturas que son un verdadero relajo y falta de respeto, no solamente al pueblo haitiano sino también los organismos internacionales encabezados por las Naciones Unidas que tienen bajo su responsabilidad el presente y el futuro de ese desdichado país, con quien el destino nos ha obligado, a compartir la isla de Santo Domingo.
Los padrinos directos de todo lo que ha sucedido en Haití en los últimos años son Estados Unidos de América, Canadá y Francia, así como otras naciones de hispanoamérica, que han enviado contingentes militares para mantener bajo control, si así cabe la expresión, a una población de 10 millones de habitantes que como hemos reiterado en diferentes ocasiones, es una población de brazos cruzados que ha perdido el hábito del trabajo.
La decisión política anunciada por el portavoz oficial del Departamento de Estado estadounidense, había sido anunciada por el autor de esta columna en diferentes publicaciones y particularmente en nuestro libro, agotado en su segunda edición, titulado “Haití y la República Dominicana: Un origen y dos destinos”, dolorosa situación de la cual tiene una parte muy importante de responsabilidad el matrimonio Clinton, que tal vez la distinguida exprimera dama y secretaria de Estado de la poderosa nación del norte, pase a ocupar la presidencia de su país en las próximas elecciones, triunfo electoral que traerá graves e inevitables consecuencias para la República Dominicana.
La señora Clinton y su esposo, han sido, en la realidad de los hechos, los auspiciadores de una pandilla numerosa de bandoleros que son responsables de que esa ayuda económica aportada por el Estado norteamericano haya ido a parar a sus bolsillos, sin que haya servido para elevar el nivel de vida de los haitianos en el orden de la salud y la educación.
Es el principio del fin de esa broma de mal gusto financiada por Estados Unidos, Canadá y Francia, con el apoyo de la ONU, de la OEA y de docenas de ONG que están además incorporadas a una campaña abusadora e irrespetuosa, desleal y difamadora contra nuestro pueblo.
Queremos dejar constancia de esta preocupación que hace más de 30 años hemos venido denunciando, para que los que sirven a los intereses de la USAID, en suelo dominicano, Participación Ciudadana, FINJUS y otras dependencias que no vienen al caso mencionar, tengan presentes que no tenemos miedo y que no vamos a callar, ni hoy ni mañana.
